El 82% de los residentes en Baleares consideran la inmigración un problema. Casi un 50% lo califica como grave. Un 52% tiene una percepción negativa incluso de quienes se encuentran en una situación regularizada y plenamente legal. Así lo recoge el último Quadern Gadeso.
Esta sensación obedece a leyendas urbanas, que no hechos reales, donde se culpa a los inmigrantes de saturar la sanidad pública o de ocupar puestos de trabajo que podrían ser para gente autóctona. Estas falsedades han cuajado entre la haciendo y hay quien le está sacando rédito político. Así lo señala Antoni Tarabini, presidente de la Fundación Gadeso, quien apunta a Vox al tiempo que lamenta que los mensajes de las otras formaciones no lleguen a cuajar tanto en la sociedad balear.
Este temor hacia los inmigrantes impulsa a que sólo la mitad de la gente isleña considera que un inmigrante regularizado tiene el mismo derecho que cualquier español a los puestos de trabajo. Sólo un 40% cree que deben tener un acceso normal a la sanidad y la educación. Tarabini apunta que quien dice esto no son colectivos especialmente violentos sino el agente de la calle que lo ve con normalidad. Un hecho muy inquietante para el presidente de Gadeso “ya que lo expresan como la cosa más normal del mundo”.
Tarabini también apunta que toda esta preocupación por los inmigrantes sólo esconde un temor a la pobreza, más que al origen de la gente. “Recelamos incluso de europeos como los rumanos o búlgaros. Pero si ven a un árabe en un yate ya no es un inmigrante sino un simple extranjero”
Sobre los refugiados que vienen huyendo de sus países un 63% opina que la mala situación española impide acogerlos.