Quizás la canción más conocida del muy interesante grupo de pop-rock norteamericano Plain White T’s sea «Hey There Delilah» (2006), que es una balada muy romántica y hermosa que nos cuenta la historia de un amor juvenil o adolescente marcado por la distancia. Delilah está en Nueva York y su enamorado se encuentra a miles de kilómetros de ella, seguramente en Illinois, de donde es originario. Ambos tendrán que estar, además, un mínimo de dos años separados.
La letra de la canción es preciosa y a la vez muy sencilla. Los sentimientos que expresa destilan la sinceridad de quien está de verdad enamorado, de quien siente con toda la intensidad posible la experiencia del primer amor, que no siempre ni necesariamente tiene que llegar o llega en la adolescencia. Hay varios versos de «Hey There Delilah» que me gustan muy especialmente, como «Times Square no puede brillar tanto como tú, juro que es verdad» o «no te preocupes por la distancia, estoy aquí si te sientes sola, escucha otra vez esta canción, cierra los ojos, estoy a tu lado».
O también, «tendremos la vida que sabemos que deberíamos de tener» o «si todas las canciones que te escribiese te dejasen sin aliento, te las escribiría todas, y aún te enamorarías más de mí». En otro hermoso verso, el solista de Plain White T’s le dice a su amada Delilah: «Por ti iría a pie si no hubiera otra forma de llegar». Y afirma también más adelante que nadie es capaz de sentir lo que los dos sienten, mientras va repitiendo una y otra vez el estribillo que da todo su sentido a esta canción: «Ohhh, es lo que me haces sentir, ohhh, es lo que me haces sentir».
En los comentarios a «Hey There Delilah» que podemos leer, por ejemplo, en Youtube hay uno con el que hace ya algún tiempo me sentí plenamente identificado. Dicho comentario decía que escuchando esta canción daban ganas de enamorarse. No creo que pueda existir un elogio mucho mejor ni más ajustado cuando uno desea hacer una valoración positiva de una canción que le ha llegado y le ha emocionado de verdad.
Tal vez los dos jóvenes protagonistas de esta bellísima canción llegaron a tener en algún momento la vida que sabían que debían de tener, esa vida que casi todos nosotros seguramente también hemos soñado alguna vez, llena de romanticismo y de pasión, aunque no necesariamente cerca de Illinois o de Nueva York.