Ningún municipio de Balears dispone de un protocolo de actuación para que la población sepa como actuar en caso de riesgo de desastre natural. Así lo han manifestado este viernes los científicos, miembros de los grupos de investigación GLOWATER y METEO de la UIB que han presentado su estudio sobre lo ocurrido en la torrentada de Sant Llorenç de octubre del año pasado.
Los investigadores de la UIB destacan que los límites de los sistemas de predicción ponen sobre la mesa la necesidad de disponer de protocolos de activación de los sistemas de alerta y de protección civil que puedan hacer frente a errores de predicción en un rango de 30 a 50 kilómetros.
Inciden además, en que hay que hacer un trabajo de concienciación y educación de la población para que pueda afrontar las futuras inundaciones y tenga más capacidad de resiliencia ante este riesgo propio del clima mediterráneo.
Sobre las inundaciones de Sant Llorenç, el grupo de trabajo indicó que hubo una serie de factores que impidieron poder hacer una previsión exacta de lo que iba a ocurrir. A ello se le sumó una precipitación de 400 litros por metro cuadrado en seis horas. La altura del agua del torrente llegó a crecer hasta tres y cuatro metros por segundo y cuando se desbordó y el caudal entro en el municipio lo hizo a una velocidad de siete metros por segundo devastándolo todo.