Una de las especies más emblemáticas de la isla de Menorca, el milano real, sigue de enhorabuena. Después de haber estado en el borde de la extinción por su alta mortalidad asociada a la presencia de cebos envenenados en los campos, la población menorquina del milano real (Milvus milvus) sigue creciendo. Durante el seguimiento de esta especie en el año 2019 se ha detectado la presencia de 52 parejas reproductoras.
La población actual aún se encuentra lejos de alcanzar la cifra de ejemplares que había en la isla en los años 70, de unas 135 parejas reproductoras, pero en los últimos años su población se ha incrementado sustancialmente. En 2018 se detectaron 43 parejas, un 23% más que el año anterior, y el aumento en 2019 ha sido muy similar, de cerca del 21%.
Las cifras se alejan cada vez más de las escasas 5 parejas reproductoras que llegó a tener Menorca en 1998, momento en que su población se encontraba al borde de la extinción. A partir de entonces, gracias a los esfuerzos en conservación llevados a cabo por la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de las Islas Baleares, el Instituto Menorquín de Estudios (IME), y el departamento de Medio Ambiente y Reserva de Biosfera del Consejo Insular de Menorca, la población comenzó a incrementarse, primero de forma lenta, pero posteriormente de forma más rápida. En los últimos años la población está aumentando un 20% anualmente.
Los datos obtenidos este año muestran que la población continúa su crecimiento, y los parámetros reproductores (número de huevos, pollos volados) son buenos. Así, este año han volado exitosamente del nido un mínimo de 79 nuevos jóvenes. Sin embargo, todavía hay algunas amenazas sobre las que se sigue trabajando. La principal de ellas es la muerte por electrocución en torres de líneas eléctricas.
Aunque los datos disponibles muestran que las amenazas derivadas del consumo de cebos envenenados han desaparecido o disminuido mucho, en los últimos años se han instalado emisores GPS en algunos ejemplares de milano real. Estos aparatos de última generación, que permiten obtener la posición de cada ave casi en tiempo real, contribuyen enormemente a mejorar su gestión, haciendo posible detectar prácticamente en el momento si un ave presenta algún problema.
La recuperación de una especie amenazada
Se han necesitado 30 años, desde que en 1990 se empezaran las investigaciones para determinar las amenazas que estaban afectando la especie, para conseguir revertir su declive hacia una tendencia positiva. Sin embargo, si la tendencia continúa como hasta ahora, aunque faltarán unos 7-10 años para conseguir que la especie recupere la abundancia que tenía los años 70. Se habrán necesitado cerca de 40 años, mucha ilusión, y grandes recursos económicos para recuperar una especie emblemática de Menorca, y poder volver a disfrutar de su imponente figura sobrevolando la isla.