En un primer momento se vio con relativa parsimonia el problema que tenía una ciudad que la mayoría jamás habíamos oído nombrar antes. En la lejana China, un territorio tan extenso, lo que realmente preocupaba en Occidente era la posibilidad de que se propagara rápido y sin control puesto que aquel país es el más poblado del mundo.
Hoy ya sabemos que teníamos que haber sido más previsores. Los primeros mensajes fueron de prudencia y de calma. Aunque siempre son aconsejables cuando te diriges a las masas, para evitar una alarma innecesaria, esta vez la calma con la que se trató el asunto fue en detrimento de la sociedad.
Ahora vemos cómo los esfuerzos están en acotar el avance del virus en casa mientras, con el rabillo del ojo, admiramos la situación de China que ha conseguido controlar el coronavirus. Deseamos conseguir el mismo resultado aunque desconocemos si ya hemos llegado o no al cénit de la curva de contagio. La reflexión que están haciendo varios analistas es, ¿cómo lo han conseguido en China?
Algunas ideas podrían explicarlo.
La cultura es diferente. En China hay una serie de valores distintos. Llevar una mascarilla por la calle es un gesto de higiene. En Occidente levanta las sospechas de que algo no va bien o que estás enfermo. Romper con el tabú de la utilización de la prenda frente a la boca y nariz ayudaría a controlar mejor el contagio y la convivencia.
La política es diferente. Hay mayor unanimidad frente a lo que marca el Estado. Cuando se dicta una norma, simplemente se acata. No todos los Estados o ciudades responden con la misma rectitud o presteza, pero frente a un problema de salud general, no hay dobleces. Esa capacidad de responder todos a una, hace que todo funcione.
La población es diferente. Las ciudades se están reinventando. La estadística de la demografía, la información que fluye, la disponibilidad de espacios vitales (propios o públicos), el propio concepto de lo común. Son temas en los que se difiere del concepto de la propiedad privada de Occidente, de las relaciones con los mayores o de quien y cómo se controla la información personal de cada individuo.
La experiencia es diferente. Hubo un caso, en 2003, de problema epidemiológico que se extendió incluso fuera de China. Sucedió en Yunán y se conoció como la cepa SARS (un tipo de neumonía atípica producida por un coronavirus). De aquella experiencia, China aprendió a tomar medidas. En Occidente apenas hubo afectación y por eso tampoco transcendieron métodos de previsión o actuación a ese nivel.