El precio medio de los billetes comprados por residentes en las islas para viajar a la península aumentó tras la ampliación al 75% de los descuentos, medida que entró en vigor el 16 de julio de 2018, aunque el precio medio efectivo que abonaron estos ciudadanos sí se vio reducido por el aumento de bonificación, según revela un informe realizado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Los precios sufrieron un incremento medio del 22 por ciento en Balears y del 8 por ciento en Canarias. Así, el precio medio efectivo pagado por los residentes durante el segundo semestre de 2018 se redujo con respecto a los periodos de referencia, lo que implica que la medida ha abaratado el coste final, pero “menos de lo que resultaría esperable”.
En concreto, estableciendo una evolución teórica de los precios si la puesta en vigor de la bonificación no se hubiese trasladado a las tarifas, los residentes en Balears pagaron un 21% más de lo estimado, mientras que en el caso de Canarias asciende a un 12%.
En las rutas interinsulares no se han apreciado cambios en los precios, lo que se explicaría por factores de ocupación menores que en el resto de rutas.
BILLETES MÁS CAROS QUE LOS NO RESIDENTES
Distinguiendo entre pasajeros residentes y no residentes, el incremento de los billetes se ha dado, sobre todo, en los comprados por pasajeros residentes.
Los residentes en Baleares, antes del aumento de la bonificación, compraban billetes con tarifas medias un 10% más elevadas que los no residentes, lo que se amplía hasta el 40% tras esta, lo que en el caso de Canarias asciende de un 19% al 50%.
Esta diferencia podría deberse al diferente patrón de compra de ambos tipos de viajeros. En concreto, los viajeros no residentes, ante la subida de los precios, comenzaron a adquirir sus billetes con más antelación, llegando a los once de días de media en comparación con los residentes en rutas a Baleares y a los 18 en las rutas a Canarias, además de optar por tarifas más básicas o en compañías ‘low cost’.
Así, podría entenderse que los no residentes, ante el aumento de precio, tratan de conseguir tarifas más económicas adelantando sus compras, mientras que los residentes, “menos sensibles” al aumento tarifario debido a la bonificación o por la naturaleza de sus viajes, “no tendrían tantos incentivos” para anticipar la adquisición.
CRECE LA DEMANDA DE RESIDENTES
La demanda de residentes varió tras la puesta en marcha de la bonificación del 75%, lo que evidencia que el incremento de la bonificación motivó la compra por parte de estos ciudadanos.
En Balears, la demanda de residentes creció en el segundo semestre de 2018 un 10% por encima de años anteriores y un 15% de media en el caso de Canarias.
En el caso de los no residentes, la demanda no muestra cambios significativos, lo que provoca la ausencia de cambios en la demanda global de Balears y un incremento del 7% en la de Canarias.
La oferta, por otro lado, no presenta variaciones significativas en Balears, por lo que el auge de los precios no puede a una disminución de los asientos ofertados o de competidores en el mercado, mientras que en Canarias se ha incrementado un 9% y han entrado dos nuevos competidores al mercado.
DUPLICA EL COSTE PARA EL ESTADO
Esto ha duplicado el coste de las bonificaciones para el Estado, que abonó 563,1 millones de euros en 2018 y se estima que la cifra superó los 765 millones de euros en 2019, mientras que en 2016 el total fue de 309 millones de euros.
El estudio de la CNMC analiza los efectos que ha tenido el incremento de la bonificación a los residentes en Canarias y Baleares sobre el mercado aéreo y los precios y se ha realizado a petición de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y de la Dirección General de Ports i Aeroports del Govern de les Illes Balears.
La CNMC destaca que el estudio se ha realizado con datos anteriores a la declaración al estado de alarma, por lo que tiene en cuenta la situación previa del mercado y la regulación hasta dicho momento.
El organismo ha propuesto una serie de recomendaciones para minimizar las consecuencias del incremento de la bonificación, entre las que se encuentra valorar medidas para aumentar la sensibilidad al precio de los pasajeros residentes con acciones como indicar el precio total del billete junto al bonificado, liquidar la ayuda posteriormente, establecer topes a la cantidad bonificable o limitar los conceptos bonificables de los billetes.
Asimismo, recomienda adoptar una visión de conjunto respecto a todas las ayudas para compensar la insularidad y realizar una continua revisión desde el punto de vista de los principios de regulación económica eficiente para garantizar su eficacia.
Por último, considera valorar otros posibles mecanismos de ayuda para compensar la insularidad, como un régimen de exenciones fiscales a residentes desligadas de la realización de desplazamientos.