“A unos 18 kilómetros al norte de Maó, dentro del parque natural de S’Albufera des Grau, se yergue el faro de Favàritx sobre una oscura punta pizarrosa de formas fantásticas. Es un paisaje pedregoso, pelado, lunar, que para muchos tiene algo de sobrenatural. Al final de la carretera hay una balsa formada por las lluvias y las olas del invierno; según la leyenda, si se camina por sus aguas someras durante las noches de luna llena se reciben los efectos combinados del satélite y del mar: fuerza, energía y fertilidad”. Esta es la descripción que publica El Viajero del diario nacional El País.
En un artículo titulado “Cuenta atrás para un baño de naturaleza”, el autor, Andrés Campos, ha elegido “17 maravillas naturales, una por comunidad autónoma, para descubrirlas una vez superada la fase tres de desescalada”. Y de Baleares destaca la Albufera de Es Grau, de Menorca, la zona húmeda más importante de la isla y núcleo de la Reserva de Biosfera.
Junto a la Zona volcánica de la Garrotxa, en Girona, la Sierra de Gata, en Cáceres, o la Costa Quebrada, de Cantabria, el autor coloca a la Albufera de Es Grau entre las 17 zonas que merece la pena visitar cuando las restricciones de la movilidad, a causa del coronavirus, desaparezcan y el turismo se ponga en marcha.