Se trata de una herramienta que las autoridades sanitarias consideran muy útil para conocer cómo se mueve el virus en un territorio de forma sencilla y, por tanto, para aumentar la seguridad de los ciudadanos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya explicó el pasado martes que si fuera utilizada por el 20% de los españoles “se podría reducir en un 30% la curva de contagios”.
El máximo mandatario del Ejecutivo animó a las autonomías a acelerar los convenios para la implantación de la aplicación, que ya han puesto en marcha siete comunidades y que el Gobierno quiere que esté plenamente operativa en todo el territorio a mediados de septiembre.
La aplicación funciona de forma sencilla con el sistema “bluetooth” de los móviles y con la voluntariedad de sus usuarios como aliado, porque una persona con test PCR positivo es la que decide si, con la app instalada, registra en ella el código aleatorio encriptado que las autoridades sanitarias le han proporcionado.
De esta forma, el resto de personas que tienen la app en sus móviles pueden ser alertadas de que han estado a menos de dos o tres metros de una persona contagiada en los últimos catorce días.
El sistema no emplea la geolocalización ni recoge ningún dato de los usuarios, por lo que no identifica ni lugar ni dueño del móvil. En caso de que la app comunique que se ha estado en contacto con infectado, esa persona debería comunicarlo a las autoridades sanitarias correspondientes.
Cada cierto tiempo los móviles descargan los nuevos identificadores de contagios confirmados para comparar con sus registros, por lo que el cotejo de datos y análisis de riesgo se lleva a cabo siempre en el móvil del usuario y no en un servidor, lo que garantiza la privacidad.