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Con la pandemia, aumenta la afición a la horticultura en Menorca

El acceso fácil a un pedazo de tierra anima cada día a más personas a plantar verduras

Verdes y maduros
Verdes y maduros
Cada vez más personas se animan a cultivar alguna planta en casa

En agosto se han recogido las cosechas de muchos aficionados. Los principiantes han hecho gala de sus éxitos en las redes sociales y en los centros de jardinería confirman que se venden más planteles.
De hecho, entre la necesidad y la virtud, trabajar la tierra da sus frutos. Con el marco de pandemia que tenemos, quien más quien menos (a veces basta con unas macetas) se ha animado a probar si podía hacerse una ensalada con lo que cultivara. Y parece que el ejemplo cunde. Con pocas plantas de tomate puedes recoger a final de verano una cantidad más que suficiente para alimentar a una familia e incluso para hacer salsa de tomate para congelar para el invierno.

En estas fechas se prepara la tierra para las denominadas plantaciones de invierno. Tomates, sandías o pimientos darán paso a otros cultivos que darán (según el caso) brócoli, coles, apios, puerros, endivias.
Algunas especies se pueden plantar en varios momentos diferentes del año según la especie, como lechugas o patatas.

Tener un invernadero puede ayudar a controlar mejor el crecimiento de tus plantas pero lo normal es que a la hora de plantear la siembra de alguna planta empieces con los consejos de quien te venda el plantel. También puedes empezar sembrando en semillero, pero es preferible empezar ya con la planta un poco crecidita. Se necesita buena tierra, con un buen drenaje, luz solar, fertilizante (puede ser natural), acceso a agua de riego y vigilar la posible aparición de plagas.

Hacer una planificación de qué queremos es fundamental, siempre dentro de nuestras posibilidades; a nivel de espacio podemos adaptar unas macetas o utilizar un terreno. Evidentemente tenemos que planificar un seguimiento de las tareas que nos mantendrán ocupados un cierto tiempo cada día.

A lo largo de la historia existen momentos en los que se padecen crisis y otros donde se acelera el progreso económico. En función de cada caso se notan movimientos migratorios del campo a la ciudad o de la ciudad al campo. Tener un cierto grado de autosuficiencia que llene la nevera es lo que otorga buena fama a la horticultura, por ser un recurso que ayuda a comer a una familia y a compensar de algún modo los conceptos básicos de una economía familiar. En Menorca la mayoría de familias tiene algún espacio donde puede optar a esta afición. Incluso en los años pasados, con la crisis de 2009, hubo varios consistorios que lanzaron los huertos sociales, donde fomentar esta afición a la par que se aportaban recursos extra que las personas obtenían por su dedicación a un parcela de un huerto municipal.


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