El Paseo marítimo y la avenida de Calespiques cuentan desde este viernes con un dispositivo de control de velocidad que permitirá detectar el exceso de velocidad de los vehículos que circulan por la zona. La Policía Local de Ciutadella espera conseguir así una mayor pacificación en el tráfico.
Estos radares irán cambiando de ubicación para tener un estudio del tráfico en los diferentes puntos conflictivos del municipio, como la calle de la Pau, la avenida Josep Mascaró Passarius, el Camí Vell, etc.
En la primera fase los dispositivos de control de velocidad tendrán una función informativa y servirán, además, para que el Servicio de Movilidad pueda contar también con estadísticas de tráfico y de incumplimientos en los puntos donde estén ubicados. Los datos indican que sólo con la presencia de estos dispositivos se conseguirá reducir, de media, un 25% la velocidad de paso en la zona, ya que actúan como recordatorio y elemento disuasivo.
Además, este año está prevista la adjudicación del cambio de sistema de control y gestión de la red de semáforos de Ciutadella, lo que permitirá una circulación más eficiente, sostenible y segura.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Movilidad y Nuevas Tecnologías, Sergi Servera, espera incorporar también, durante el 2021, otras novedades, como el sensor de aparcamientos para los estacionamientos rotativos y un proyecto de movilidad para articular un sistema de acceso a las calles de residentes del casco antiguo vigilado por videocámaras, para facilitar, de esta manera, la movilidad de los vecinos del núcleo histórico.
Durante estos días la brigada de señalética ha reforzado las marcas viales del paseo Marítimo y de la avenida de Calespiques y se han incorporado nuevos indicativos de reducción de velocidad en el Camí de Sa Farola.
… la lógica y el sentido común nos dicen que a mejores autos, más rápidos y seguros, mayor velocidad y mejor fluidez… pero en cuestiones de tráfico el sentido común brilla por su ausencia, y la tónica es ir hacia atrás como los cangrejos… los peatones tienen sus territorios, y los automóviles el suyo, pero de un tiempo a esta parte, no veo a los conductores exigiendo regulaciones en zonas peatonales, pero sí, en cambio, que los poderes públicos se dejan influenciar en demasía por residentes que se inmiscuyen en la gestión del tráfico, exigiendo reducción tras reducción, de manera egoista, lo que provoca una indefensión de los conductores, porque se prima la discriminación positiva de peatones y residentes en detrimento de la fluidez… pues muy mal