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¿Por qué no se consigue un amplio consenso en educación?

En Menorca las escuelas concertadas expresan su oposición a la nueva Ley Celaá mientras desde Educación le restan importancia a los cambios que supondrá

Una ley que no es para todos
Una ley que no es para todos
Las concertadas le piden al Gobierno que ofrezca diálogo

Desde el inicio de la democracia la legislación educativa ha tenido muchos padres, casi uno por gobierno en La Moncloa. Si le preguntan a un profesor verán cómo les explica que eso no facilita un marco de estabilidad para desarrollar los programas educativos. Al final, los docentes han tenido que aprender a aplicar la norma sin perder el objetivo primordial que es el de la educación de los alumnos y alumnas.

Desde el marco político surge la propuesta de cómo se debe educar y eso toca puntos de desencuentro; la relevancia o no de la educación religiosa, el tratamiento de las diferentes lenguas que hay en el territorio o cómo se financian las escuelas concertadas. Pero hay más cambios. Con un solo voto de diferencia la ley se ha aprobado y hay quienes intuyen que la coincidencia en el tiempo con el debate de los presupuestos generales del Estado puede explicar que se haya utilizado la propuesta del ministerio de Celaá para acabar de conseguir los apoyos para que en 2021 este gobierno tenga vía libre en sus cuentas.

Independientemente de cómo encaja la nueva ley en el juego político, oposición y escuelas concertadas son los que se han mostrado más críticos. En un comunicado de las escuelas concertadas de las islas se advertía que el futuro a corto plazo de muchos de sus centros está en jaque, que es una norma hostil con la educación especial, intervencionista y que promueve la restricción de derechos y libertades y atenta contra la pluralidad del sistema educativo.

Los centros menorquines de La Salle Maó y Alaior, La Consolació, Salesians, Sant Josep, Cormar y Sant Francesc d’Assis dejarán de tener los recursos (aportaciones) de las familias que escogieron esa educación para sus hijos y consideran que el gobierno impone una ideología laicista. Piden un marco de diálogo que contemple a todos y no excluya e imponga criterios sin consenso, para re-escribir la ley.
Por su parte, desde la Delegación de educación en Menorca le quitan importancia a los cambios que sugiere la nueva ley porque apenas se va a notar cambios en el desarrollo del modelo educativo, decía Joan Marqués en una entrevista a Radio Menorca.

Otros aspectos que destaca la ley es el de acabar con las clases solo de chicas o solo de chicos, permitir pasar de curso con hasta dos asignaturas suspendidas si el claustro lo cree viable, se propone transformar el concepto de los centros especializados de educación especial, no exigir masters específicos para la contratación de nuevo profesorado, entre otros puntos.


Comment

  1. … como puntro de partida, supongo que estamos todos de acuerdo en que la base de toda educación ES laicista per se, no lo contrario, lo normal NO es una sociedad religiosa, sino aconfesional… la educación es adquirir conocimientos, experiencias que se han demostrado ciertas y empíricamente testadas, por lo que se transmiten a las nuevas generaciones sólo lo que son conocimientos, no fantasías del mundo de Yupi… los que quieran fantasear, aprender lenguaje élfico, los caracteres del alfabeto klingon o los hitos de la cultura de los gnomos, que vayan a las catequesis correspondientes de sinagogas, madrasas o parróquias, pero FUERA del temario común de la educación de nuestros hijos, que es algo muy serio… por supuesto que les duele la nueva ley, sobre todo por lo que toca a la financiación, llevan demasiados años ya disfrutando que les paguemos su apolegética entre todos, e incluso la conferencia episcopal, ese famoso lobbie de presión de la multinacional extranjera vaticana, se queja de aquellos que intentamos evitar el proselitismo religioso a nuestros jóvenes… esta nueva ley NO es nueva, es volver al pasado, a como estaba antes del retroceso que fue la ley Wert del rodillo de la derechona, no sacan una nueva ley, sino que revierten cambios reaccionarios que quisieron los obispos en su día… lo revolucionario hubiese sido SACAR la “asignatura” de religión del temario, denunciar el concordato y que España recobrase un poco de su soberanía frente a las injerencias de la dictadura teológica vaticana, pero no, nos tendremos que conformar con unos simples parcheos… por eso resulta ridícula la pataleta de la iglesia, por unos detalles tan nimios que van a dejarlo todo casi como estaba ya… no reconozco la expresión “de izquierdas” cuando veo a mi presidente corriendo a la ciudad del Vaticano a rendir pleitesía y quizás recibir recriminaciones del tío vestido de faldas blancas, a pocos días de sacar la ley de educación… esta ley ha sido una OPORTUNIDAD PERDIDA para sacar la basura, ahora sólo queda esperar que en un futuro tengamos que soportar imanes, popes, rabinos y monjes HareKrishna entrando en los colegios exigiendo que todo el mundo se adecue a sus particulares dogmas y tonterías… y encima hay gente que se queja por todo lo contrario… cosas veredes

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