Son muchas las personas que hoy irán de compras o se conectarán a Internet para obtener una ganga. Hacerlo puntualmente, es normal, pero para algunas personas, controlar lo que compran no es fácil. Los psicólogos lo llaman Oniomanía o Síndrome del comprador compulsivo. El principal síntoma, es un deseo desenfrenado para adquirir cosas sin una necesidad real.
Comprar algo que no necesitamos, sin dedicar un tiempo a valorar la calidad del producto, su utilidad y su precio, es más habitual de lo que pensamos. Cerca de un 7% de la población mundial padece este síndrome.
Detrás de esta necesidad de valía por medio de las compras compulsivas, se esconden problemas emocionales relacionados con la tristeza, la angustia y la ansiedad. En el proceso de compra, las personas sienten malestar y nunca consiguen sentirse totalmente satisfechas; se genera un bucle de compra donde cada vez buscan productos más costosos, más inalcanzables, gastando más dinero del que pueden pagar, y sufriendo consecuencias como la destrucción de la vida, de una pareja o de una familia. En pocas palabras: puede llevarlos a la ruina total.
Los adictos a las compras suelen ocultar cosas que han comprado porque a menudo sufren sentimiento de culpa. Además, la persona que tiene oniomanía está constantemente revisando las tiendas online, en el móvil, en el ordenador … y a cualquier hora, en el trabajo, en la escuela, en su tiempo libre …
Según los especialistas en Psicología Clínica el perfil del comprador compulsivo presenta una sintomatología ansiosa, bajo estado de ánimo, poco autocontrol o baja tolerancia a la frustración. Suelen ser personas que padecen trastorno bipolar o trastorno límite de la personalidad.
.- Este es un artículo de AMIC para Menorcaaldia.com