Ya tenemos la solución para salvar el maltrecho comercio de proximidad: crear un Amazon público. El nudo gordiano ha sido deshecho por Podemos. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes a los que hemos asesorado a comercios mejorando su punto de venta? Con esta promesa electoral auguro una victoria incuestionable para Podemos.
¿Por qué no se les ocurrió hace 27 años antes de que Amazon viera la luz? Ahora seríamos un modelo de país a seguir. Ah no, que aún ni soñaban con tocar algún día poder.
Si gracias a ellos hoy tuviéramos un Amazon, seríamos líderes económicos mundiales. Al ser en la actualidad el valor de capitalización de Amazon superior al PIB de España, tendríamos una España que vale por dos. Que tiemblen China y Estados Unidos.
La afirmación es de la candidata de En Comú Podem a la presidencia de la Generalitat, Jéssica Albiach. No deja de ser graciosa. Sin embargo, trasluce desconocimiento aunque, sobre todo, falta de respeto hacia la clase empresarial. Como si montar un negocio fuera un abrir y cerrar de ojos. No digamos una de las cuatro grandes tecnológicas.
Por cada Amazon que sale adelante, millones de proyectos quedan por el camino. Con las ilusiones de sus creadores y las correspondientes deudas que seguirán pagando a pesar de haber echado la barrera.
Pero si creen que es fácil crear un Amazon, adelante Podemos. Si gobiernan, juegan con la ventaja competitiva que todo poder público confiere: el derecho de prohibir. Si lo hacen público y prohíben la lógica del mercado, el éxito está asegurado. Si prohíben la libertad de precios, además será rentable. Y si prohíben cualquier compra fuera de él tendrán un monopolio público, el sueño húmedo de todo gestor político.
La falta de respeto que rezuma este tipo de frívolas afirmaciones viene reflejada por la minusvaloración y desconocimiento de los riesgos y sacrificios que el empresario asume en cada una de las fases de un proyecto, sobre todo en la de lanzamiento.
Falta al respeto a la inteligencia intelectual del ciudadano al que se dirige que no fue tan vivo como Jeff Bezos para montar su Amazon particular. Con lo fácil que hubiera sido. Si hasta Podemos lo puede hacer.
Tras demonizar a Amazon, incitando la alcaldesa de Barcelona a no comprar a través de esta plataforma las pasadas Navidades, Amazon parece ser el modelo a imitar. Bueno, también fue útil cuando la misma Ada Colau vendió sus libros a través de Amazon y cobró royalties gracias a ella. Pero eso fue antes de criticarla.
Lo que tienen que hacer los poderes públicos no es prohibir ni demonizar empresas de éxito sino fomentar su creación aquí. Y dejar a los empresarios que hagan su trabajo. Dejen que surjan Jeff Bezos españoles y no compliquen los inicios ni frían a impuestos a los emprendedores noveles. ¿Se han preguntado por qué la mayoría de las grandes tecnológicas son de Estados Unidos y ni una es española?
Quizá los políticos deberían hacer lo que saben: política. Hacer política es facilitar la vida a los ciudadanos y gestionar eficientemente sus recursos. Dejen de crear empresas y pongan los cimientos para facilitar que lo hagan quienes saben. Si Amazon hubiera sido creada aquí, miles de trabajos y una cantidad ingente de riqueza serían disfrutados por gente de aquí.
Imaginemos que se llega a crear el Amazon público. Ahora falta encontrar un gestor público que tenga tantas responsabilidades y vea limitado su salario a varias veces el salario mínimo interprofesional. Que sortee la estricta y farragosa ley de contratos. Que no se vea sometido a injerencias de los superiores, instrucciones de partido, aprobación de informes jurídicos y de intervención señalando la idoneidad y legalidad de cada decisión que conlleve gasto. Un Amazon público sería un Amazon incompetente. Dejemos las cosas como están y fomenten la aparición del nuevo Amazon, Microsoft, Google o Facebook en nuestro país. Y pongamos las bases para hacer atractiva su residencia fiscal aquí y no en Andorra. Será la mejor manera de ayudar a nuestra economía.