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“¿Cuánto vale un anuncio de Elon Musk?”

Un artículo de José A. García Bustos

Imagen de Bitcoins.
Imagen de Bitcoins.

Alguna vez he hablado del valor de los tuits de Elon Musk. Esta vez ha sido por un anuncio hecho mediante una vía oficial al referirse a una noticia de calado.

El comunicado en cuestión se hizo el día 8 de febrero a la SEC, organismo regulador del mercado de valores en Estados Unidos, y se informaba de que Tesla había adquirido en enero 1.500 millones de bitcoins (BTC). Además, se comunica que tenía la intención de permitir a sus usuarios el pago en esa criptomoneda. Automáticamente, como ocurre tras los anuncios que rodean a Elon Musk, se produjo la vela japonesa más larga de toda la historia de bitcoin, esto es, la representación gráfica de la subida de precio más abrupta en un periodo corto de tiempo.

La riqueza generada por dicho anuncio ha sido enorme. Con esta decisión, Tesla ha ganado más dinero que con doce años vendiendo coches eléctricos. El diferencial del valor de esa cantidad de bitcoins (BTC), cuando los fueron adquiridos en enero y su valor de hoy, impulsado por ellos mismos, es mayor que los beneficios obtenidos en los doce años de historia de la compañía.

Pero no solo ganaron ellos sino también todos los poseedores de esa criptomoneda que vieron incrementado su precio desde los 39 hasta los 43 mil euros en cuestión de minutos y hasta los 48 mil cuando se despertó a las pocas horas el mercado asiático. Elon Musk tiene el don de crear riqueza con sus anuncios. Sin duda es el personaje más influyente en el ecosistema cripto.

El desorbitado precio de bitcoin (BTC) subirá sin duda porque, tras el anuncio de Paypal, empresa que curiosamente fundó y vendió Elon Musk, que anunció que permitiría comprar y vender criptomonedas, la decisión de Tesla es el mayor espaldarazo a bitcoin (BTC) como primera apuesta en firme de una gran empresa. Ha abierto un melón y otras grandes compañías le seguirán.

Mientras tanto aquí, el Banco de España y la CNMV (equivalente a la SEC norteamericana) han vuelto a emitir un comunicado desaconsejando invertir en criptomonedas por su elevado riesgo.

El comunicado a la SEC hecho por Tesla deja la puerta abierta a otras criptomonedas. Sin duda, una de ellas será Dogecoin, su criptomoneda favorita, cuya representación es un perro japonés de la raza Shiba Inu. Según Elon Musk, es la moneda del pueblo.

Se dice que Musk es el poseedor de la mayor cartera de Dogecoins, valorada en 3 mil millones de dólares. Se le atribuye su propiedad porque las compras se hacen en grandes y pequeñas cantidades y los extraños importes son objeto de estudio en foros. Las pequeñas compras parecen mostrar mensajes por lo atípico de la cifra adquirida. En varias ocasiones representan código binario (1,01101001 de Dogecoins). En otras ha comprado una cantidad idéntica a la de su fecha de nacimiento.

Elon Musk es estrambótico, no hay duda, y este modus operandi le pega. El nombre de sus hijos con siglas y números es otra muestra de ello. Hace tres días compró Dogecoins a su hijo Lil X y lo anunció en Twitter. La cotización subió vertiginosamente.

Lo que toca Elon Musk lo convierte en oro. Aun siendo un visionario y apostar por las criptomonedas quizá no sepa que el Banco de España puede tener razón sin quererlo, es decir, que bitcoin (BTC) sea un activo arriesgado. Pero no me refiero a su volatilidad, que la tiene, sino porque el pasado 21 de enero se produjo un hecho que han querido desmentir algunos que ataca la línea de flotación de bitcoin. Me refiero a la seguridad que su inventor dejó bien atada y que, tras doce años nadie había podido vulnerar. Por primera vez se produjo un exitoso intento de doble gasto. El doble gasto de una moneda le hace perder validez como medio de cambio.

Esto ocurre porque hace tiempo que BTC se desvió de su concepto original y sí, será la de mayor precio y mayor éxito de las criptomonedas pero es cara, no escala y no es dinero electrónico entre iguales, como definió su creador. Vale más el coste de la transacción por tomar un café que el café mismo. Pero tiene el apoyo de las instituciones que apuestan por ella. Ya dicen que más vale caer en gracia que ser gracioso.


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