Desde el futuro nos llega como un eco esta pandemia y nos sitúa ante la necesidad de replantearnos políticas distintas a las actuales. Nos son pocas las veces que se ha dicho en la historia que no se puede gobernar con el Sermón del Monte, pero frente a las crisis ecológicas, en un trato con la tierra cuya violencia empieza en nuestros propios cuerpos, ¿qué alternativa nos queda a revertir las lógicas reaccionarias? Los ciclos de violencia, donde la justicia supone pagar mal por mal, generan nuevos procesos de destrucción ecológica, contra la tierra, y contra nosotros mismos.
Los códigos legales de la herencia del Antiguo Testamento, en cuya genialidad toma forma de narrativas, producen cierta devoción o rechazo, cuando no un completo desinterés. Lo que se suele desconocer es que muchas de las instrucciones solidarias, en esta herencia veterotestamentaria, nacieron de la dureza de la vida nómada. No es hasta épocas posteriores, de cierto sedentarismo, cuando se estabilizan o se sacralizan estos códigos legales e instrucciones para la vida. “El no matarás”, que encuentra en el “amar a los enemigos” su correlato en el Nuevo testamento, no es sencillamente un bello mandato cuyas palabras han inspirado, e inspiran, vivir en paz, sino que se trata de un requisito para mantenerse con vida en un escenario de cierta plenitud.
Mucho se habla de cuando esto pase, pero deberíamos preguntarnos si esta pandemia no es algo más que un tropiezo momentáneo, si no se trata de un eco que desde el futuro nos anuncia una serie de crisis que están por venir. Todo aquello que la ciencia nos brinde marcará la diferencia, por ejemplo, con las vacunas. Ahora bien, nos equivocaremos si pensamos que el aporte imprescindible de la ciencia bastará. En tiempos complicados las políticas requieren que nos replanteemos si no es el momento de abandonar las lógicas donde impera devolver el golpe. No por bellos ideales, tampoco por pura supervivencia, sino para no plegar la vida a sobrevivir.
Algunos pensarán, como tantos otros antes, que con el Sermón del Monte no se puede gobernar. Hoy el mundo tiene unas complejidades distintas a las problemáticas antiguas, pero quizá no sea una cuestión de detalles, sino de las lógicas que nos mueven. Quizá no sea una cuestión de elección o de preferencia, sino de una cuerda lanzada desde el futuro a la que agarrarse. O llenamos las políticas de algo más que de reacción, de algo más que de ir en contra de algo o de alguien, o mucho me temo que las crisis que han de venir, y que son anunciadas por esta pandemia, nos encontrarán completamente desprotegidos, sin la necesaria preparación.
“No matar” y “amar a los enemigos” es una similar propuesta que podríamos sintetizar en hacer lo posible para que otros vivan. Así de sencillo. ¿Cuán lejos estamos en nuestras políticas de esta legalidad primigenia y básica, de esta llamada desde el futuro a una convivencia más plena, ante las crisis que ya se anuncian? En el movimiento incondicionado del amor al enemigo no es por nuestra libertad que nos movemos, sino que tomamos lo extraño bajo nuestra responsabilidad. Es cierto, con el Sermón del Monte no se gobierna, pero cuanta falta de responsabilidad percibimos los ciudadanos cuando vemos los cúmulos de reacciones, el enfrentamiento constante, en los espacios políticos más visibles.
Somos para los otros. No se trata de un buenismo, ni de un arrebato de ingenuidad, sino de plantear escenarios donde vivir algo más que pura supervivencia. Las hipérboles liberales y socialistas a las que estamos tan acostumbrados, en sus proyecciones de convivencia ideal, se les suman recientemente nuevas exageraciones de todo tipo, desde feministas, a ecológicas, o queer, todas ellas muchas veces relacionadas. No hay nada ilegítimo en la exageración en política, pues la hipérbole es parte de la retórica más básica. El problema no es una nueva pluralidad de posturas, ni lo trillado de añejas posibilidades, sino la falta de responsabilidad para los otros. En esta atención a lo distinto, en la inclusión de lo extraño, en la llamada a la responsabilidad de lo otro, el Sermón del Monte continúa siendo relevante. ¿Detendremos el golpe y buscaremos nuevas estrategias que resuelvan la crispación reinante? ¿O nos pillará la próxima crisis en medio de un nuevo aluvión de insultos? El concilio no es sólo un bello ideal, sino la necesidad de edificar en roca un hogar común.
… coincidirás que si eso que llamáis dios es supuestamente todopoderoso y creador, es pues el responsable de la pandemia… o en todo caso permitió que apareciera y nos mantenga en eta situación de esperpento… o sea que vuestro dios es un cabrón redomado… esos códigos legales no son herencia de ninguna tribu nómada ni su exposición en sus libros de cuentos son ejemplo de nada, la ética de la Humanidad es mucho más antigua que todo eso, lo llevamos en la impronta evolutiva, el lo más profundo de nuestro cerebro y en los sentimientos que transmitimos a nuestros descendientes a cada generación, así que menos lobos… supongo que no estarás insinuando que hemos de supeditar la esencial ciencia y la política a esa memez del sermón de la montaña, verdad? … el género humano puede crear un divertimento como es la religión, pero en absoluto pretender inmiscuirla en los dominios de los adultos, los científicos y los gestores… exageraciones las reivindicaciones ignoradas por las religiones? crispaciones los intentos de ir capeando el temporal de la crisis de la pandemia? … los hombres de fe me aparecéis aquí como unos peligrosos populistas ávidos de ir de metomentodos…
Querido Manu, hasta ahora era interesante discutir contigo. Y me gustaría que lo siguiera siendo, pero para ello tanto insulto y gesto de desprecio despista. Si estas tan seguro de tus argumentos creo que sobran las faltas.
Por ello te animo, si es tu deseo, a que podamos discutir sobre estos temas en otro tono.
Un abrazo.
… es cierto que perdió mi equipo de fútbol y debía estar de malas… como ves, hay cosas mucho más importantes que las creencias religiosas… releyendo mi réplica, admito que los únicos calificativos de los que podría tener que retractarme, son los de la última frase, pues son los únicos que van dirigidos a personas, y las personas son las únicas que merecen respeto… las creencias NO merecen respeto, las iglesias NO merecen respeto, los libros de ficción NO merecen respeto y los dioses TAMPOCO merecen respeto… por eso voy a centrarme sólo en esa última frase… a ver, cuando hablo de hombres de fe, me refiero a predicadores, pastores y sacerdotes, personas que creen tener el derecho a pontificar acerca de todo lo humano y divino, y muchas veces usan los púlpitos para descalificar y discriminar a sus semejantes, de la misma manera que lo hacen los políticos con sus colegas de otros partidos… por tanto, así como ponemos a parir a los políticos, no veo por qué no podemos -generalizando- hacer lo propio con los hombres de fe, pues no tienen bula que yo sepa… el calificativo “populista”, aunque tiene connotaciones peyorativas, en puridad se refiere a estar del lado del pueblo, e incluso en términos religiosos es loable pues se usa cuando se trata de la teología de la liberación, en contraposición al elitismo de la jerarquía, o sea que vamos bien… en cuanto a lo de metomentodos igual, se refiere a que -generalizando- tienen tendencia a inmiscuirse en los asuntos profanos que no les son propios, y si es un descalificativo, lo será en tono menor… yo mismo soy un metomentodo, pues ataco a la religión cuando es un asunto que no va conmigo en absoluto… resumiendo, las dos únicas “faltas de respeto” no son tales, todos somos metomentodos y populistas también, pero si alguien se ha sentido herido por ellas, las retiro humildemente… en cuanto a mi “gesto de desprecio”, lo siento pero es consustancial al antiteísta militante que soy, la religión es una losa para la sociedad en la que vivo y seguiré pensando lo mismo por mucho que dialoguemos… afortunadamente, no tengo eso que llaman algunos fe, ni ningún tipo de sentimiento religioso, y desde esta libertad, considero que quien está condicionado es precisamente el que dice tenerla y debe seguir sus preceptos, dogmas, prohibiciones, penitencias, mortificaciones y demás— en base a eso, entiendo tu reacción, pero no la comparto, dos no discuten si uno no quiere y yo me limito a negar la religión, negar a eso de dios y expresar así mi opinión, aunque escueza, porque no soy yo el que tiene el problema de creer en todo ese universo creado por nuestros bárbaros antepasados… un saludo, estoy convencido que estás por encima de la típica legión de ofendiditos de cuando me da por decir que el pp es un pozo de corruptos y manipuladores, los marcianos verdes de vox son unos impresentables, los sociolistos una pseudoizquierda acomodaticia… ah, y el real madrid, un club chulito y prepotente que vive de rentas en blanco y negro y que intenta defender un equipo penoso y renqueante que tuvo una noche más una flor en el c5l4 de su entrenador… au, bona nit, que la liga no está decidida aún, vamos los tres equipos todavía en un pañuelo… como ves, la vida sigue…
Querido Manu.
Creo que no me he expresado bien.
La faltas no me escuecen, para ello tendrían que apuntar a otras cuestiones más profundas y en las que sí podría verse tambaleada mi fe. Lo que comentas en tu post son discusiones de teístas contra antiteístas que me hacen más bien sonreír que otra cosa y que quizá a un adolescente podría hacerle replantarse sus convicciones.
El problema que planteas de la teodicea es un problema duro, pero en el que sólo rozas la superficie.
Me explicaré mejor, no es que tus faltas me duelan o me sienta en lo más mínimo insultado… tranquilo, …es que despistan y convierten este diálogo en algo ridículo y podo fructífero. Lo que te digo es que me encantaría poder hablar de estas cosas con toda la fuerza de los argumentos y no con una falta cada frase, porque con ellas no ganas fuerza, sólo pierdes credibilidad. Por ello te pido que cambias el tono, no porque te exija respeto… sino me lo tienes sinceramente podré dormir esta noche muy tranquilo… te pido que dejes de hablar de esa manera tan despectiva para que tus argumentos brillen por si solos, si es que los tienes.
Yo también espero que gane el Barcelona este año la liga, y es verdad, la vida sigue.
Cuídate.
… “Amén”… por lo del equipo del Mesías, claro… exclusivamente por eso, por Lionel