En los últimos 10 años hemos incorporado a nuestras vidas dispositivos que nos conectan con internet hasta el punto que el 99% de los hogares de las islas tienen ordenador o teléfono móvil con conexión. En el último año, con la llegada de la pandemia, hemos entendido la utilidad y dependencia de estar conectados. Sin embargo, muchos pequeños comercios no han dado aún un paso decidido a la digitalización de su oferta, no tienen la infraestructura adecuada para vender online y se están quedando atrás en un mercado empresarial que ya no se puede imaginar sin internet.
Según el último Cuaderno Gadeso, el 54% de los isleños de entre 16 y 74 años han comprado en línea durante el periodo de pandemia. El factor de confinamiento o restricciones es el principal motivo (53%) seguido de la comodidad que supone que te lo traigan a casa (49%).
Los datos previos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística apuntan a un incremento de la tecnología de un 30% en los hogares, adquiriendo banda ancha para la conexión a internet y fomentando el comercio electrónico.
Los mismos datos nos dan una pista de nuestras preferencias a la hora de comprar en los últimos 12 meses en Baleares; muy por delante está el sector de la ropa y los accesorios, seguido de electrónica, muebles o comida (restauración).
Las empresas están invirtiendo en estrategias comerciales basadas en el márketing digital. El 81% de las empresas de Baleares com más de 10 trabajadores tienen página web. El 85% de las empresas dedicadas al sector servicios también. No obstante el porcentaje es muy inferior cuando buscamos aquellas que permiten recibir pedidos online (30%).
El estudio concluye que todavía faltan muchas empresas que permitan la personalización de sus productos online (ahora sólo un 12%) o que hagan un seguimiento de los pedidos o reservas una vez que se han validado en la web (16%). Por eso se ve que hay una falta de desarrollo en soluciones del entorno digital que deberían incorporar las empresas para seguir siendo competitivas.
El pequeño comercio está amenazado por los cambios de hábitos de consumo y una solución podría ser la de generar cooperativas o plataformas que sumen esfuerzos para generar un servicio atractivo, ágil y competitivo con la suma de los escaparates de muchas pequeñas tiendas y así garantizar también su porción de ventas a través de este sistema. Los costes de logística han hecho que muchos pequeños establecimientos desistan de modernizarse y eso los ha dejado de lado de este mercado.
