Si vamos al mercado libre encontraremos gafas de sol de todo tipo. Y también de todo precio. Ni una cosa ni otra nos van a ayudar a identificar cuál es la más conveniente. Que pica el sol en nuestro verano menorquín es evidente pero que tengamos claro cómo hay que proteger la vista no parece tan evidente.
Cuando un cristal es más opaco no es signo de que sea mejor. La luz se compone de diferentes rayos con longitudes de onda que nos afectan más o menos a nuestros órganos de la vista. Por lo tanto, al ser más oscuro o opaco, entrará menos luz pero eso no significa que nos proteja más o mejor de los rayos nocivos. Un filtro de rayos UV es lo que de verdad nos protege.
Además, utilizar unas gafas oscuras sin protección contra los rayos UV es aún peor que no llevar gafas puesto que el efecto de un cristal oscuro es que nuestra pupila se dilata. Si entran los rayos UV por no tener la correspondiente protección, nuestra vista está en peligro. Si nos dejamos engañar por gafas baratas y supuestamente muy oscuras, acabaremos con problemas de visión a largo plazo.
Las gafas polarizadas ejercen un efecto interesante para quien las lleva. Consiguen evitar deslumbramientos puntuales por la acción de la luz, al redirigir el rebote de esa luz hacia un único plano. Así, resultan muy interesantes para conducir o para evitar esos reflejos que nos pueden molestar o distraer.
La agudeza visual o la visión en color pueden perderse con el tiempo por utilizar unas malas gafas de sol. Muchas marcas de moda tienen sus gafas y es cierto que con el precio final pagas diseño y nombre, pero si tienes que escoger unas gafas de sol para utilizarlas a menudo, conviene que escojas bien, interesándote más por el factor de protección que por el precio o por si es de una marca u otra. La salud de tus ojos es lo primero y este verano dicen que en Menorca volveremos a tener sol.
