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“Amar mejor”

Un artículo de Josep Maria Aguiló

"Repito: más vale preparar un domingo, un fin de semana o unas vacaciones, pegarse la gran ilusión y, por si acaso, no marcharse".
"Repito: más vale preparar un domingo, un fin de semana o unas vacaciones, pegarse la gran ilusión y, por si acaso, no marcharse".

A veces, la esencia de lo que sentimos o de cómo nos sentimos en un momento dado podemos encontrarla en unas pocas palabras, en una frase que hemos leído o que hemos escuchado decir a alguien, en un aforismo, en un verso de un poema o en la estrofa de una canción, preferiblemente de amor.

Hace ya unos años, el cantautor Tontxu consiguió uno de sus mayores y a la vez merecidos éxitos con el tema Te amaré mejor, que en su estribillo afirmaba: «Te amaré mejor,/ porque mucho y demasiado es un error./ Y si no, mírame,/ llorando como un niño, contradiciéndome./ Preguntándome con quién estarás,/ si vas o no a volver./ Y durmiéndome a solas contigo». En esas sencillas frases creo que se esconde, de alguna forma, el secreto de por qué algunas relaciones no acaban de consolidarse nunca y al final se rompen, mientras que otras, en cambio, consiguen mantenerse sin cambios o incluso reforzarse, por mucho que pueda ser el tiempo transcurrido desde su inicio.

Según Tontxu, lo verdaderamente esencial para el mantenimiento de una historia de amor no sería, como a veces creemos, amar mucho o incluso en exceso, sino, sobre todo, amar y querer mejor. Aun así, ese buen propósito no debe de ser tan fácil de conseguir como pudiera parecer en un principio, sobre todo si miramos en nuestro entorno más cercano o si repasamos las normalmente crecientes estadísticas de rupturas, divorcios y separaciones.

Desde la adolescencia o la primera juventud, todos deseamos encontrar a alguien muy especial que nos dé afecto y calor, salvo quizás los ermitaños y los solitarios, y aun en estos dos casos concretos tendría mis dudas sobre la posible perdurabilidad de su aislamiento. En cierto modo, a lo largo de nuestra vida todos acabamos buscando en mayor o menor medida a alguien muy concreto que nos acaricie con sus palabras, con su mirada o con sus manos, porque seguramente ya casi desde la infancia intuimos que el único refugio seguro y verdadero contra la soledad, la tristeza, la pobreza, las guerras, el dolor, la muerte o las insuficiencias de la propia vida, es sólo el amor.

La palabra «amor» y sus sinónimos y derivados acaso sean las palabras que han sido pronunciadas o escritas en más ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad, aunque posiblemente no siempre dotadas de verdadero contenido y sentido, pues a veces vienen acompañadas de posibles argumentaciones engañosas. Así, si alguien que está a nuestro lado y dice querernos, nos juzga, no hay amor. Si ese alguien no nos entiende o no se esfuerza por intentar entendernos o ponerse en nuestro lugar, no hay amor. Si ese alguien no nos respeta o no nos valora, no hay amor. Si ese alguien no se preocupa por saber cómo nos encontramos o no nos añora cuando no estamos a su lado, no hay amor. Si ese alguien no nos ama o no nos quiere, no hay amor.

Cuando decimos a alguien que le amamos, o viceversa, esa expresión debería de significar siempre, entre otras cosas, que por fin hemos dejado de sentirnos solos en el mundo.

Antes de empezar a amar, deberíamos de pensar, quizás, en todo ello, y también en palabras o en versos como los de la citada composición de Tontxu. Como prometía él mismo en esa preciosa canción, también nosotros deberíamos de intentar amar siempre mejor, porque mucho y demasiado acaba resultando casi siempre un desacierto, un yerro o un error.


Comment

  1. … no todo ha de ser buscar la casa perfecta para crear un hogar, y acabar viviendo toda tu vida en ella… hay personas que también ALQUILAN una vivienda, y se lo pasan muy bien dentro de la casa, la sienten como propia, muy intensamente, pero saben en su fuero interno que no les pertenece, que están viviendo muy a gusto, pero que tarde o temprano se irán, y acabarán buscando otra preciosa casa de alquiler con la que iniciar otra bonita historia… Así que basta de monopolizar las relaciones como si fueran para toda la vida, y de que si se rompen es un drama… eso es enfermizo… el género homo solemos ser monógamos SUCESIVOS, es decir, que tenemos varias relaciones a lo largo de nuestra vida, e incluso ninguna de ellas será nunca la mejor, pues todas lo son… e incluso hay otro tipo de relaciones igual de respetables, que tampoco vienen a cuento, pero demuestran que el tópico es sólo eso… Las “estadísticas de rupturas, divorcios y separaciones” no deben alarmarnos, es un proceso normal en el devenir humano… somos supervivientes, caemos y nos volvemos a levantar… y eso de meterle a la gente en la cabeza que debe buscar el amor “para toda la vida” o esa aberración de “amar a la misma persona hasta que la muerte los separe”, es tomar a las personas por idiotas… afortunadamente, somos más sensatos que todo eso…

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