No es nada fácil hablar de los datos y opiniones de expertos en economía y mercados que voy recopilando y que nos indican que las cosas se pueden complicar mucho más para la mayoría de Pymes y ciudadanos en general. No es nada fácil porque cuando lo explicas, con toda tu buena intención, es inevitable observar las expresiones que claramente te están diciendo que eres un pesimista o un aguafiestas. Los que me conocen saben bien que tengo una naturaleza optimista y es algo que creo no va a cambiar nunca, está en mi adn. Sin embargo, estar informado de los datos de nuestro entorno económico me ayude a entender distintos escenarios y también a gestionar mi optimismo natural. Quizás me pueda definir como un optimista realista.
Centrándonos ya en esos inquietantes datos que me hacen ser muy prudente en creer que lo peor ya ha pasado quería explicar varias informaciones recientes y relevantes. El Banco de España en su publicación nº2119 de agosto 2021 explica el endeudamiento actual de las empresas españolas tras el impacto de la crisis covid. España, como la mayoría sabemos, ha sido uno de los países más afectados con una caída del 10,8% en 2020 y con un 70% de las empresas con necesidades de liquidez lo que es un incremento elevado respecto a la situación anterior precovid. En esta situación la mayoría de las empresas aceptaron y formalizaron la financiación ICO que los bancos tramitaron con el aval del Gobierno.
Ya he explicado en otras ocasiones que muchas empresas llegaron a esta situación con un alto nivel de endeudamiento y que me preocupaba cómo se iba a resolver esta situación. El Banco de España se ha puesto manos a la obra y a través de este estudio ha determinado que el 25% de las empresas españolas está en situación de insolvencia, explicado de otra manera más llana una de cada cuatro empresas está quebrada sin viabilidad económica.
Es interesante entender la diferenciación que hace de las empresas sobreendeudadas diferenciando dos tipos, las que no tendrán viabilidad en 2023 y que por ello las considera sin solución y aquellas que sí serán viables pero que necesitarán rebajar un importe determinado de deuda para poder consolidar su recuperación definitiva. Identificar este tipo de empresas y condonar el exceso de deuda necesario para su viabilidad es un aspecto crítico para que la recuperación en España sea una realidad. En esta acción será fundamental la ayuda pública condonando parte de los créditos ICO formalizados.
Lamentablemente y tras la reciente experiencia en el método ideado por el Govern para la asignación de las ayudas a empresas, que a día de hoy aún no se ha abonado, me cuesta confiar en el criterio que pueda determinar qué empresas son viables y cuál es la cantidad de deuda que hay que condonar.
Este mismo informe también nos confirma que las empresas más afectadas son las pymes y especialmente de ciertos sectores como el turismo, el transporte y la construcción. Debemos darnos cuenta de que estamos hablando del motor económico de nuestro país que emplea a más personas.
El informe también es contundente en afirmar que la recuperación económica medida desde la recuperación de la rentabilidad de las empresas no llegará hasta el 2023. El porcentaje de pymes que en 2022 seguirán sin ser rentables ascendería al 40% en su escenario menos favorable y en el caso de los sectores más castigados y anteriormente citados este porcentaje alcanzaría el 50%, una auténtica locura.
Esta foto tan gráfica de la salud de nuestras pymes, en su mayoría enfermas por sobrepeso, las pilla en muy mal momento, totalmente desprevenidas se podría decir. Se enfrentan a un escenario que nada les va a ayudar y donde encontrarán obstáculos como la subida de los precios, la temida inflación, actualmente muy focalizada en los costes energéticos de luz y gas y una posible subida de tipos de interés que no haría más que rematar aún más la situación.
A nivel más internacional, si bien como he comentado somos uno de los países más afectados, nos debería preocupar el experimento mundial que estamos viviendo y que tiene que ver con la emisión de dinero a niveles nunca antes visto y cuyos resultados en nuestra historia siempre han sido nefastos y han comenzado de la misma manera con la subida de precios, un empobrecimiento de la clases medias y bajas y una caída de la rentabilidad de las empresas con el consiguiente aumento de paro por los despidos de personal de las empresas. También es posible que la bolsa, principalmente la americana, que sigue viviendo una vida alternativa y diferente a la realidad de la mayoría de las empresas, acabe por interrumpir su luna de miel. Vamos, que pinche la burbuja.
En todo este escenario nuestras empresas deben planificar sus mapas de riesgos y planes de contingencia donde la diversificación en las ventas por tipo de clientes y sectores y la apuesta por la digitalización son dos aspectos estratégicos innegociables.
En resumen, la recuperación no está llegando y los indicadores nos dicen que se está enfriando la reactivación desde mayo que fue el pico del rebote. Siguiendo la teoría del ascensor si en el 2019 estábamos en la séptima planta no tengo nada claro que hayamos pasado del tercer piso y estoy convencido de que tardaremos un par de años más en disfrutar de las vistas de la séptima planta. No me llaméis pesimista, simplemente optimista realista.