Antes de la última cumbre climática hubo otras y en el futuro ya se preparan las siguientes. Sin embargo, algo está cambiando. A fuerza de asumir las consecuencias del cambio climático, claro. En el marco del trabajo de muchas entidades y asociaciones que no son estrictamente ecologistas, una de las últimas iniciativas es la de proponer un compromiso político que consiga que las decisiones que se toman hoy no sean interpretadas solo para un mandato o una legislatura.
En los nuevos tiempos que corren ya no se puede pedir a los mandatarios de hoy que firmen decretos y que se exima de la responsabilidad futura que pueda acontecer en las generaciones venideras.
El claro ejemplo está en cómo gestionamos hoy políticas de apoyo a la industria energética basada en el petróleo. En el corto plazo puede estar generando puestos de trabajo e insuflar energía para las familias y las empresas. Pero al contemplar cómo repercutirá en el futuro (y ahora lo vemos más claro porque lo estamos padeciendo) este tipo de decisiones empuja al planeta a una crisis climática con daños colaterales.
Pau de Vílchez, miembro de la Comisión Interdepartamental sobre el Cambio Climático explicaba esta semana en Radio Menorca que ya se están dando pasos en este sentido. Una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) es un mecanismo de democracia directa. Se trata de la posibilidad amparada en la Constitución, de que las personas puedan presentar iniciativas de ley, sin ser representantes populares en sus respectivos congresos.
Deben estar avaladas por una cantidad de firmas para que se puedan tomar en cuenta por su respectiva cámara legislativa. Dichas iniciativas pueden tratar asuntos públicos, pueden ser directas o indirectas. Si es directa, la presentación de la iniciativa desemboca en un referéndum para aprobarla o rechazarla. En el caso de las iniciativas indirectas, la petición es tomada en consideración por el legislativo, quien decide si se convoca o no la correspondiente consulta.
El contenido de una ILP sobre el asunto de la sostenibilidad en las decisiones políticas quiere incorporar el elemento de la responsabilidad de las decisiones presentes hacia un futuro más allá del mandato del político o políticos que la adopten. Debe tener en consideración cómo pueda afectar a las generaciones futuras para protegerlas, como en el caso del cambio climático, de las posibles consecuencias que conlleven.
