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En Menorca se queman alrededor de 70 toneladas de lana al año

El coste de esquilar las ovejas ronda los 60.000 euros anuales en la Isla y actualmente supone un dinero que no se compensa por el valor de la lana

Se esquilan en mayo y otra vez en verano
Se esquilan en mayo y otra vez en verano
Hoy, toda esa lana se quema

Los cálculos no salen. Siempre que buscan fórmulas para hacer rentable el campo y, quizás, este es uno de los ejemplos del que últimamente más se habla. Lo que un tiempo fue un producto de calidad reconocido (en la época medieval) hoy no es más que residuo que solo se puede quemar.

¿Qué ha pasado para que haya caído tanto el valor de la lana? La modernidad tiene la culpa. Otras variantes se mostraron mejores. El caso del algodón es el más claro.
La lana de la oveja se puede utilizar para hacer un tipo de tejido u otro según la calidad y la raza de animal. Además lleva consigo un proceso lento y muy laborioso para prepararla para su posterior hilado. Algo que no ocurre con el algodón. Por otro lado, la lana lleva consigo unas grasas que le confieren algunas de sus características aislantes.

El algodón es más “limpio” y fácil de trabajar. Eso también ahorra tiempo y, por lo tanto, costes.

Ya en el siglo XX, el despegue de la ciencia aplicada a la industria textil añadió tejidos sintéticos que aportaban propiedades de elasticidad, durabilidad y comodidad que descartaron a la lana, relegándola a su éxito en el medievo.
Sin embargo, según explicó Miquel Bosch, presidente de la Asociación de la Oveja Menorquina, en una entrevista en Radio Menorca, hay valores que se pueden aprovechar hoy en día de la lana. Solo hace falta saber cómo y (sobre todo) cómo meterlo en el círculo de la economía.

El precio de esquilar un animal es de unos 3 euros. Eso se suele hacer en mayo y otra vez en pleno verano. De cada esquilada pueden salir, según el tallare, una media de tres o tres quilos y medio de lana. Teniendo en cuenta que hay unas tres mil quinientas ovejas de raza menorquina y quizás otras siete u ocho mil que no tienen esa condición, los números demuestran que hay un coste que se tiene que realizar (por la propia salud del animal no se le puede dejar con el mismo abrigo tanto tiempo) aunque no repercute en nada. Es más, el destino de esa lana es la hoguera. Antes se llevaba fuera de la isla para hacer algún tipo de aprovechamiento, sobre todo en elementos de aislamiento para construcción. Ahora ni eso.

¿Para qué podría usarse la lana de oveja hoy? En Mallorca hay varias iniciativas que ya están en marcha y de ahí quiere aprender Menorca. Hacer calzado con un hilado de lana, hacer fieltros que acaban en artículos de decoración, en prendas, alfombras, en insonorización de casas.

Además, a diferencia de otros textiles, al ser una fibra natural no genera ninguna toxicidad. Ahora la administración (europea) se ha arremangado para echar un cable a quien sea capaz de valorizar esta lana. Si Menorca lo consigue, puede haber una industria que genere riqueza como ya lo hizo con la lana hace varios siglos atrás.


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