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¿La próxima pandemia podría llegar volando?

Los seis focos de gripe aviar alertan a las autoridades sanitarias aunque no es una enfermedad que se transmita fácilmente a los humanos

Hacer el test al pollito pío
Hacer el test al pollito pío
Foto: Pixabay

Cuando el nuestro mundo se detuvo debido a la situación de jaque donde nos dejó un virus desconocido, mortal y que se transmitía muy rápido (SARS-Covid-2 o COVID 19), enseguida supimos qué hacer; recordar cómo fueron las anteriores grandes epidemias y tomar remedios más rápido gracias a la tecnología actual. El resultado ha sido sorprendente; disponer de una vacuna efectiva en un tiempo relativamente corto ha supuesto un mejor control que lo que dejó escrito la historia de las anteriores pandemias.

Pero otra cosa nos dejó claras; puede volver a pasar. De hecho, aquí tenemos el desarrollo de una gripe (H5N1) que en este 2022 está tomando dimensiones que en breve podrían acabar en pandemia. Antes de continuar hay que aclarar que se han dado casos en humanos pero que es extremadamente raro.

Conozcamos un poco mejor este virus. Se trata de una enfermedad infecciosa vírica y que afecta a las aves, aunque tiene suficiente potencial como para infectar a distintas especies de mamíferos, incluidos el ser humano, el cerdo y el gato doméstico. Fue identificada por primera vez en Italia a finales del siglo XIX y hasta la fecha se ha manifestado en diversas partes del mundo.

Las aves acuáticas migratorias, sobre todo los patos salvajes, son el reservorio natural de los virus de la gripe aviar, y esas aves son también las más resistentes a la infección. Las aves de corral domésticas son las más vulnerables a esas epidemias de gripe fulminante.

Es capaz de conservar la viabilidad en el ambiente durante largos periodos de tiempo, especialmente cuando las temperaturas son bajas, aunque se sabe que no sobrevive a temperaturas superiores a los 70 °C ni inferiores a los -80 °C

El virus de la gripe aviaria puede afectar a un gran número de especies de aves incluyendo aves de corral y silvestres; aunque la susceptibilidad a la enfermedad es muy variable. Las aves con una mayor susceptibilidad a la infección, y por lo tanto a la aparición de la enfermedad, son las gallináceas. En estos últimos meses han muerto y se han sacrificado más de un cuarto de millón de aves (sobre todo gallinas) en seis diferentes brotes por España. No es la primera vez que ocurre. En 2003 hubo un brote destacado cuando una devastadora epidemia de gripe aviar causada por el virus altamente mortífero, el H5N1, afectó a aves de corral de muchos países de Asia, Oriente Medio, Europa y África. Más de cien personas que estuvieron en contacto directo con aves infectadas fallecieron; en la mayoría de los casos se trataba de niños y jóvenes que hasta entonces gozaban de buena salud.

Más de 200 millones de pollos tuvieron que ser sacrificados para detener la propagación del virus. Los agricultores y productores avícolas sufrieron pérdidas de miles de millones de dólares.
La gripe aviar es una enfermedad animal de la que, hasta ahora, no ha regsitrado una transmisión sostenida entre seres humanos. Los científicos están preocupados ante la posibilidad de que el virus infecte a los seres humanos y se propague fácilmente de una persona a otra. La transmisión tan extendida del virus de la gripe aviar en los animales aumenta este riesgo, por eso se sigue con mucho interés la evolución de los últimos brotes. En España hay poca incidencia en relación con los países del norte de Europa.


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