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“Objetivos: derribar al dólar y a Biden”

Un artículo de José A. García Bustos

Joe Biden.
Joe Biden.
President Joe Biden poses for his official portrait Wednesday, March 3, 2021, in the Library of the White House. (Official White House Photo by Adam Schultz)

Si se fijan, ya no se habla de la pandemia. Ya no muta el virus en nuevas variantes. Tampoco se sabe qué pasó con flurona, la mezcla de gripe y corona.

En los informativos solo se habla de Rusia y de Putin. Incluso Pedro Sánchez culpa a este último de causar la inflación en España.

Pero fíjense, de quien no se habla es de China que es quien está detrás de Rusia en lo que parecer una estrategia para derribar al dólar.

China y Rusia han esperado el momento más débil de su archienemigo norteamericano para darle el toque de gracia. Con Trump no se atrevieron. Biden parece no asustar tanto

Bastante tenía China en aquel entonces con responder a las continuas sanciones comerciales de Trump quien llevaba la iniciativa en la guerra comercial.

El sistema monetario occidental está basado en el dólar y, en menor medida el euro. Dos monedas fiat basadas en la confianza como único respaldo y con países cuyas economías se encuentran súper endeudadas e inundadas de billetes creados de la nada. Ahora debilitadas por una inflación galopante y contracción de la producción motivada, principalmente, por el encarecimiento de los suministros.

Rusia y China, mientras tanto, han ido acumulando estos años cantidades de oro como nadie. Ambos países se encuentran entre el top 5 del mundo. China piensa sacar pronto el yuan digital respaldado por este metal precioso. Está preparando un sistema monetario alternativo con una moneda con valor intrínseco real. Como tenía el dólar antes de 1971. Este puede ser un golpe letal a la moneda norteamericana.

Además, acabamos de saber que Arabia Saudí va a vender, por primera vez, petróleo a China en yuanes, una muestra significativa de pérdida de supremacía del dólar allí donde tenía el monopolio.

China concentra el 30% del gasóleo del mundo y ha prohibido a sus refinerías que, tras refinarlo y dejarlo apto para ser consumido, no lo exporten fuera del país. Se intuye un órdago mundial con el precio de esta materia prima básica para nuestras economías.

De otro lado, al pobre Biden todo se le vuelve en contra. Primero la pérdida de Afganistán, ahora el órdago chino a su moneda y a la supremacía estadounidense.

Y, no lo oirán en los informativos, pero su final político puede estar cerca. La causa: un ordenador de su hijo Hunter.

Si lo recuerdan, en plena campaña electoral americana, les detallé el contenido de un ordenador que Hunter Biden había llevado a reparar, cuyo contenido fue descubierto y podría acabar con la carrera política de Joe Biden.

El contenido del portátil mostraba vídeos del hijo del presidente consumiendo drogas, mantenimiento relaciones con lo que parecían ser menores y mostrando sus genitales ante el espejo. El contenido es muy explícito.

Pero no solo eso. También contenía información sobre contratos firmados con el gobierno ucraniano sobre temas relacionados con gasoductos o con políticos chinos aprovechando su posición. Presumiblemente cobró varios millones de dólares y recibió valiosos diamantes por ello. También se hablaba en conversaciones grabadas en el ordenador portátil, de un porcentaje para el “big guy”, para muchos, su padre.

No tardaron en decir desde el entorno de Joe Biden que era un bulo y se trataba de desinformación creada por hackers rusos.

Las encuestas dicen que uno de cada seis votantes hubiera cambiado su voto de saber que el portátil era real.

Ese contenido del portátil acaba de ser reconocido por el prestigioso New York Times. Parece como si, una vez salvado el escollo que representaba Trump, ahora el escollo fuera él y hubiera que dar paso a Kamala Harris.

Estamos en un momento crucial para Estados Unidos y para la economía occidental. Un sistema monetario alternativo liderado por China y su nueva ruta de la seda parece ser la alternativa.

Pero, más allá de la alternativa china a la que se enfrenta el mundo, existe una amenaza mayor a ambos sistemas económicos, incluido el chino.

Me estoy refiriendo a las criptomonedas como medio de pago descentralizado en oposición a medios centralizados y controladores, ya se llamen dólar o yuan digital. Esa es la gran batalla.

La descentralización evita los abusos de los intermediarios y da el poder a las personas sobre su dinero.

La guerra en Ucrania y el colapso de los camioneros canadienses, con la congelación de sus cuentas bancarias, han supuesto una aceleración importante para el uso de las criptomonedas.

Me declaro firme defensor de la descentralización como filosofía de vida y de la blockchain como tecnología que viene a aportar mejoras y trasparencia a este mundo lleno de manipulación y falsedades que nos ha tocado vivir. Bitcoin y la blockchain son máquinas de la verdad. Todo está grabado para siempre en sus bloques.


Comment

  1. … por mi parte, estoy convencido de que la guerra de Irak fue debido al miedo estadounidense de perder la hegemonía del dólar… lo de la mentira de las armas de destrucción masiva de Saddam fue sólo una cortina de humo, la excusa para la invasión, porque la realidad es que el dictador iraquí pretendía hacer cambios y empezar a cobrar el petróleo en euros, en vez de dólares, y eso los USA no podían permitirlo… como en las películas de cine negro de robos o de espías, que los ladrones piden un millón, de dólares?, dicen no!, de euros, que valen más… ver que tu divisa se va al garete era algo que los lobbies de presión estadounidenses no podían soportar… y de ahí la invasión…

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