Fuerte viento, altas olas y el dinamismo habitual de un espacio vivo han cambiado el paisaje de la playa de Sa Mesquida, al norte de Menorca, que ha visto reducida la cantidad de arena hasta tal punto que el mar llega hasta la zona acordonada, las dunas. Las imágenes de la fotógrafa Carme Fontestad muestra el cambio que en los últimos días se ha desarrollado en esta playa que, además se ha llenado de medusas, entre ellas la Velella-Velella, un pequeño hidrozoo de color azul que, aunque posee tentáculos con células urticantes, sus toxinas son inofensivas para los seres humanos. Lo peor es que, cuando salga el sol, este animal se seca y produce un nauseabundo olor en la zona. El temporal del norte previsto en Menorca para los próximos días no ayudará a que la arena vuelva a la playa. |