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Baleares podría tener la 1ª flota libre en emisiones de carbono de todo el Mediterráneo

Es una propuesta que presenta Marilles, una fundación dedicada a la conservación del mar balear y sus costas

Pescadores en el puerto de Maó (Foto: Tolo Mercadal)
Pescadores en el puerto de Maó (Foto: Tolo Mercadal)

Baleares podría tener la primera flota libre en emisiones de carbono de todo el Mediterráneo; podría ser proactiva en la declaración de zonas marinas de alta protección y demostrar a otras flotas que proteger el 30% del mar en 2030 es compatible y positivo para el futuro de la pesca; podría ser ejemplo de transparencia y cumplimiento para acabar con la pesca y comercialización ilegal; podría ser pionera en implementar medidas para favorecer la recuperación de rayas, tiburones, tortugas y aves marinas; y podría liderar en certificación de un producto local, sostenible y de excelente calidad”, una lista de actuaciones para defender el sector pesquero de las islas y mejorar su futuro que presenta Marilles Foundation, una entidad que se dedica a la conservación del mar Balear y sus costas.

En el último artículo publicado en su web abogan por pasar a la acción ya que “mientras la pesca recreativa sube, la profesional baja” y creen que hace falta “liderazgo e iniciativa”:

  • ¿Por qué el sector se moviliza rápidamente para reclamar soluciones urgentes en la subida de precio del gasóleo, pero no pide también ayudas para descarbonizar la flota, hacerla menos vulnerable y garantizar su futuro a largo plazo?
  • Las puertas flotantes en barcas arrastreras permiten reducir el consumo de gasóleo un 30 % –entre 150 y 250 € por día de pesca, equivalentes a unos 36.000 €/año por embarcación y más de 1 millón de euros para toda la flota. El coste de la inversión por las 30 barques de bou que hay en Baleares sería de unos 2’5-3 millones de euros, una inversión que en menos de 3 años ya se habría recuperado.

Estas son algunas de sus propuestas porque creen que “a pesar de todas las dificultades, el sector pesquero tiene muchísimo a favor. Hay menos barcas y, por lo tanto, menos competencia; hay una fuerte demanda de producto fresco y de excelente calidad; y una nueva ley de Turismo que obliga a los establecimientos a diferenciar entre pescado local e importado. Todo ello supone una plataforma excelente para mejorar notablemente el rendimiento económico del sector pesquero balear; un sector que, si quiere, tiene un futuro prometedor, pero se lo tiene que creer y actuar en consecuencia. Ha llegado la hora de dar pasos valientes”.


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