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¿Y ahora qué? Menorca talayótica

Pendientes de ver si este 2022 puede ser el año definitivo para una candidatura que lleva muchos años preparándose

Singular y único
Singular y único
Foto: Wikipedia

En 1993 Menorca obtuvo el reconocimiento de Reserva de la Biosfera y ello ha supuesto un bastión sobre el que darse a conocer en el mundo y que sigue a día de hoy marcando una forma de ser. Un numeroso grupo de personas entendió que Menorca tiene singularidades que la hacen diferente a todo lo demás, como su patrimonio talayótico. Por ese motivo tenía todo el sentido trabajar en obtener un reconocimiento internacional. En el transcurso de los últimos años se ha elaborado una candidatura que pasó un examen sin conseguir su objetivo pero que sirvió para continuar trabajando. En este año 2022, si la Guerra en Ucrania o otros factores no lo postergan en el calendario, podría conseguirlo.

Uno de los flecos pendientes en esa candidatura era conseguir que la población local tuviera un mejor y mayor conocimiento de este patrimonio. No olvidemos que la isla cuenta con la mayor densidad de yacimientos por kilómetro cuadrado que se conoce y eso significa que hay mucho por aprender, si bien es cierto que la candidatura señala los más significativos o importantes. Y eso sin tener en cuenta que los arqueólogos siguen trabajando para desentrañar los secretos de la civilización que vivía en la isla hace más de 3.500 años (comprendiendo la Edad del Bronce y la Edad del Hierro).

La UIMIR ha previsto para este final de mayo un curso que quiere dar a conocer lo que es el concepto de patrimonio mundial y la entidad que promueve este reconocimiento, la UNESCO. Tras tres años de trabajo con el nuevo expediente se quiere presentar el relato de la candidatura para que tanto los diferentes sectores implicados en su difusión (ámbito científico y ámbito turístico, entre otros) como la gente interesada en temas patrimoniales puedan conocer de primera mano lo que es Menorca Talayótica. El Consell Insular ha creado el órgano (Agencia Menorca Talayótica) y la hoja de ruta a seguir (Plan de Gestión de Menorca Talayótica). Estos instrumentos son fundamentales para afrontar el futuro del bien en caso de ser inscrito en la lista de patrimonio mundial de la UNESCO.

Porque es importante tener presentes los efectos que puede tener una inscripción de este tipo en un territorio, el curso ilustrará a los alumnos con algún caso puede ser una buena guía de futuro como los dólmenes de Antequera que fueron inscritos en la Lista de patrimonio mundial en 2016.


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