La doctora María Eugenia Carandell es la directora de Asistencia Sanitaria del IB-Salut y también la coordinadora de la campaña de vacunación del Covid en Baleares desde hace algo más de dos años. A lo largo de esta entrevista, Carandell responde de manera clara y sencilla a las dudas que está suscitando la actual evolución del coronavirus —con la aparición de nuevas variantes— o la llegada de la séptima ola. La doctora se pronuncia también sobre el uso de la mascarilla en interiores, que en la actualidad sólo es obligatoria en los centros sanitarios, las farmacias y el transporte público.
¿Cuáles son los nuevos síntomas cuando uno se infecta ahora del Covid?
Bueno, se ha hablado de que hay más mareos, más hipotensión y más lipotimias. También se ha dicho que es menos frecuente el síntoma de la pérdida del sentido del olfato —anosmia—. Pero la verdad es que son datos que yo cogería con pinzas, porque a veces se describen esos síntomas con pocos casos totales computados. Lo relevante sigue siendo que cualquier persona que tenga síntomas de infección respiratoria debe sospechar en primera instancia que está frente a un Covid, porque ahora mismo estamos en plena séptima ola. Por tanto, sobre todo hay que estar atentos a los síntomas vinculados a las vías respiratorias y pensar que lo que tenemos delante es un coronavirus.
¿Por qué en estos momentos hay más contagios que hace apenas unos meses?
Lo que parece que está sucediendo es que han aparecido variantes del Covid que son más contagiosas. Esa circunstancia se produce por una especie de selección natural, en el sentido de que prevalece la cepa que más infecta y de que las demás cepas tienden a arrinconarse. La cepa que tiene más éxito reproductivo es la que prevalece. En estos momentos, en Baleares y en otras comunidades están prevaleciendo dos subcepas de la variante Ómicron, que son la BA.4 y sobre todo la BA.5. Esta última subcepa es la principal responsable del actual aumento de casos, pues es más contagiosa y tiene un cierto nivel de escape a la infección previa y a las vacunas.
¿Cuáles son las repercusiones de que algunas subvariantes del Covid tengan un cierto nivel de escape?
Por una parte, eso quiere decir que es fácil que una persona que se haya infectado previamente de coronavirus vuelva a tener una infección, que es algo que además estamos viendo todos los días y que muchas personas están constatando. Hay personas que se habían infectado en su momento y que se están volviendo a infectar. Por otra parte, ese cierto nivel de escape a las vacunas se manifiesta en la aparición de infecciones en personas ya vacunadas, aunque por ahora parece que está bastante preservado el efecto protector de las vacunas, en el sentido de que siguen siendo muy eficaces para evitar las infecciones graves y las hospitalizaciones.
“Las unidades ‘Covid Exprés’ se han reactivado, fundamentalmente, para las personas jóvenes que necesitan tramitar una baja”
¿Se puede decir entonces que hoy hay más infectados pero que, en general, las infecciones son menos graves?
Efectivamente, es así. Las infecciones son hoy en general menos graves gracias a las vacunas. Es verdad que sigue habiendo todavía muchos casos de Covid, pero se están evitando muchísimas hospitalizaciones. También es cierto que al haber ahora mismo una nueva ola, están aumentando momentáneamente las hospitalizaciones, pero están aumentando mucho menos de lo que lo habrían hecho en caso de que la mayoría de la población no se hubiera vacunado.
¿Quiere añadir algo más en relación a este asunto?
Hacemos de nuevo un llamamiento a los que no se han vacunado nunca, para que se vacunen. Asimismo, pedimos a todas aquellas personas que sólo se han puesto dos dosis, que por favor se pongan la tercera, porque se ha visto que con el paso del tiempo el efecto protector de las vacunas va perdiendo eficacia. Por tanto, la denominada dosis de refuerzo puede ser de gran utilidad.
¿Qué medidas hay que adoptar si tenemos un coronavirus leve?
Nosotros seguimos pensando que las personas jóvenes que tienen un coronavirus leve, es decir, casi sin síntomas o que se detecta por casualidad, no necesitan acudir al sistema sanitario, porque en la actualidad ya sabemos que la mayoría de las personas jóvenes que tienen un cuadro respiratorio leve se van a curar solas. En estos casos concretos, estamos recomendando a los afectados que se pongan la mascarilla y que eviten acercarse a personas vulnerables, con la finalidad de proteger a los demás. También les decimos a esos afectados que si pasan los días y notan que se encuentran peor, por descontado tienen que contactar con el sistema sanitario.
“Cualquier persona que tenga síntomas de infección respiratoria debe sospechar en primera instancia que está frente a un Covid, porque ahora mismo estamos en plena séptima ola”
¿Cuál es la principal razón por la que el IB-Salut ha reactivado las unidades ‘Covid Exprés’?
Las unidades ‘Covid Exprés’ se han reactivado, fundamentalmente, para las personas jóvenes que necesitan tramitar una baja, pues algunas de estas personas que tienen cuadros leves no pueden ir a trabajar, porque tienen un poco de fiebre u otros síntomas leves. Este grupo de personas tienen en común que en principio no necesitan ir al médico, ya que exclusivamente necesitan una baja laboral durante unos días. Por ello, intentamos evitar que acudan a los centros de salud, porque en estos casos concretos no es imprescindible la asistencia sanitaria. Insisto, no son personas que necesiten un médico porque se encuentran mal, sino que sólo precisan la baja laboral.
¿Y a partir de ahí?
A partir de ahí, si usted se ha hecho un test en casa, ha dado positivo y no puede ir a trabajar, nosotros le vamos a repetir el test en una unidad ‘Covid Exprés’, para que conste en su historia clínica, y le vamos a dar la baja sin necesidad de que acuda a su centro de salud. Del mismo modo, si usted se ha hecho un test en alguna clínica privada o en la farmacia, y también ha dado positivo, igualmente le vamos a dar la baja sin que usted tenga que ir al ambulatorio. Así pues, todo ese grupo de personas ya no tendrán que ir a su centro de salud, evitando además que puedan estar al lado de personas vulnerables a las que podrían contagiar.
¿Deberíamos haber mantenido quizás el uso de la mascarilla en interiores algo más de tiempo?
Bueno, piense que a pesar de que se retiró la obligatoriedad de la mascarilla en interiores justo después de Semana Santa —el 20 de abril—, hemos pasado un tiempo durante el cual la situación epidemiológica se ha mantenido controlada. De hecho, la última ola ha empezado hace unas tres semanas. Por tanto, durante dos meses ha habido una buena situación a pesar de la retirada de esa obligatoriedad.
¿Le parece positivo que todavía muchas personas se pongan la mascarilla en el supermercado o en las grandes superficies?
Lo veo ideal y de hecho yo misma lo practico. Creo que por responsabilidad individual y por protección, es muy conveniente que las personas en general, y muy particularmente las personas vulnerables y las que conviven con ellas, se pongan mascarilla siempre que estén en lugares no ventilados. Por otra parte, si tenemos síntomas, inmediatamente debemos ponernos la mascarilla, avisar a las personas que nos rodean y mantener la distancia.
“Las vacunas siguen siendo muy eficaces para evitar las infecciones graves y las hospitalizaciones”
¿Alguna otra recomendación?
También recomiendo que todas las actividades que podamos hacer al aire libre las hagamos así en lugar de en espacios cerrados. En definitiva, se trata de tener muchísimo sentido común y muchísima precaución, porque está en nuestras manos evitar que la actual ola se prolongue y que haya más complicaciones.
Por lo que veo, usted predica efectivamente con el ejemplo…
Sí —sonríe—. Yo siempre llevo la mascarilla FFP2, salvo en mi casa y por supuesto en la calle. Pero cuando estoy en lugares cerrados en los que entro, siempre la llevo puesta.
¿Cree que sería deseable una cuarta dosis de la vacuna para toda la población?
Como sabe, se está hablando ya de la posibilidad de esa cuarta dosis —que sería la segunda de refuerzo—, sobre todo en el grupo de personas de más de 60 años, que es el que más se beneficiaría. De hecho, esa cuarta dosis se está administrando ya a personas enfermas con las defensas bajas. Posiblemente, en otoño se administre ya también a un grupo sustancial de la población. Lo que no le puedo decir, porque es un tema que no me compete, es en qué franja de edad estará el punto de corte de esa nueva dosis.
Ah, de acuerdo…
Por otra parte, quiero insistir mucho en que es necesario que todos los jóvenes se pongan la dosis de refuerzo, porque estamos hablando aquí ya de una cuarta y hay todavía muchísima gente, especialmente los jóvenes por debajo de 40 años, que no se han puesto aún la tercera dosis. Por tanto, insisto en la necesidad de completar la vacunación.
“Está en nuestras manos evitar que la actual ola se prolongue y que haya más complicaciones. Yo siempre llevo la mascarilla FFP2, salvo en mi casa y por supuesto en la calle”
¿Las nuevas vacunas nos protegerán más?
Efectivamente, pues se están diseñando en función de las variantes que han ido apareciendo. Como usted sabe, lo que da el carácter a este coronavirus es la proteína de superficie —spike protein—, que es una especie de corona que tiene el virus. De hecho, las mutaciones que estamos viendo están apareciendo en la superficie de esa corona. También sabemos ya que, según como sea la superficie de la corona, las células defensivas reconocen más o menos a ese virus a la hora de destruirlo. A partir de esa evidencia, en lo que se está trabajando ahora es en que las nuevas vacunas reconozcan mejor las nuevas superficies del virus y, por tanto, faciliten el trabajo del sistema inmune.
¿Qué porcentaje de la población balear tiene ya la pauta completa?
El 87,06 por cien de la población balear tiene ya la pauta completa —es decir, la primera y la segunda dosis—, mientras que el 59,32 por cien tiene tres dosis —las dos citadas y la de refuerzo—.
¿Entonces se puede considerar que en Baleares se ha alcanzado ya la inmunidad de rebaño?
Sí, en Baleares se ha alcanzado ya la inmunidad de grupo, al igual que en otras comunidades y en otros países. Es cierto que los contagios han continuado, pero también es verdad que sin las vacunas hubiera habido más hospitalizaciones y más muertes. Gracias a las vacunas, se han salvado unos veinte millones de vidas en todo el mundo. Y si se hubiera vacunado más población, se habrían salvado muchas más vidas y tendríamos menos variantes. Como usted sabe, por desgracia hay un problema de desigualdad a la hora de que los países en vías de desarrollo puedan acceder a las vacunas, algo que ha generado que en dichos países aparezcan precisamente esas variantes.
“La cuarta dosis se está administrando ya a personas enfermas con las defensas bajas. Posiblemente, en otoño se administre ya también a un grupo sustancial de la población”
¿Por qué no se facilitan ya los datos estadísticos de incidencia del Covid en toda la población?
Piense que la estrategia de la vigilancia ha cambiado completamente. Hemos pasado de monitorizar diariamente la infección en la totalidad de la población a monitorizarla solamente en los grupos vulnerables. Esto ha sido un cambio hacia la “normalización” del Covid. Es evidente que es un virus que está generando mucha guerra y que todavía durará mucho tiempo. Partiendo de esa realidad, llega un momento en el que hay que preguntarse si realmente tiene sentido monitorizar la infección en personas que, por ejemplo, tienen un catarro, pues nosotros, como usted bien sabe, no monitorizamos los catarros.
Entiendo, sí…
Si nos tuviéramos que poner a contar todas las personas que, por ejemplo, tienen mocos en el mes de enero, sería prácticamente imposible hacerlo y además tendríamos el sistema sanitario enredado en contabilizar una cosa que no tiene ninguna utilidad. En cambio, lo que sí es importante es contabilizar el grupo de personas que pueden sufrir consecuencias graves y concentrar las energías en ese grupo de personas, tanto desde el punto de vista de la vigilancia como de la protección o del seguimiento clínico. Por lo tanto, estamos en un cambio de paradigma, por decirlo de alguna manera. Ese es el cambio que se ha producido en general en la vigilancia de la pandemia.
¿Por qué no está disminuyendo entre la población la denominada fatiga pandémica?
Ese cansancio está aún ahí porque siguen sucediéndose nuevas olas de contagios. En ese contexto, muchos de nosotros, en especial los profesionales sanitarios, nos encontramos efectivamente muy cansados, pues si bien parecía al principio que la pandemia desaparecería en un par de años, la realidad es que por ahora vuelve y vuelve. Aun así, también es verdad que la percepción general es que hoy hay muchos menos ingresos y muchas menos personas enfermas de gravedad.
¿Qué les diría a las personas que puedan estar quizás hoy un poco desanimadas?
Les diría que, por favor, sigan con las medidas de prevención y que no se desanimen, pues llegará un momento en que conseguiremos salir de esta pandemia.
.- Este es un artículo de Josep Maria Aguiló y Mallorcadiario.com para Menorcaaldia.com