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Ten tus plantas siempre verdes regando de manera inteligente

Calor, verano y sequía no serán un problema si sabes cómo ahorrar agua al regar

Regar de manera inteligente
Regar de manera inteligente
Foto. Pixabay

A todo el mundo le ha pasado que se le ha secado alguna planta. La falta de riego suele ser el principal motivo pero hay muchas otras razones por las que una planta se nos puede morir, incluso por el exceso de riego.

Parece que a más calor es necesario regar más. Realmente depende de varios factores como de qué planta estemos hablando, de su situación (horas de insolación y sombra), de cómo es el agua de riego que le estamos dando y otros factores que comentamos a continuación.
El primer consejo es escoger bien el horario en el que regar. Olvídate de hacerlo a pleno sol. La cantidad de agua que se evaporará es brutal. Y a las plantas no les viene bien que las mojes (flores-hojas) cuando les está dando el sol.

Debes detectar qué recursos puedes reaprovechar en tu vida diaria. Si llueve, saca un buen cubo y llénalo. Es una fuente magnífica para el riego de tus plantas. Es demasiado habitual tirar el agua del depósito de la secadora al retrete cuando podríamos estar utilizándola para nuestras plantas. O el del tubo que sale al exterior de la casa desde el sistema de aire acondicionado. Al cocinar desechamos muchas veces el agua de cocción de las verduras cuando podríamos utilizarla para regar (cuando ya se haya enfriado).

También es fundamental identificar bien cada planta y sus necesidades hídricas. Todas las plantas necesitan agua y todas ellas precisan más cantidad de agua en función de cómo pierden esa humedad de la tierra. Como no todas las especies necesitan la misma cantidad habría que empezar identificando bien cuáles son sus necesidades. Esto se puede ver con la información que te ofrezca quien te vendió la planta o incluso por internet. Hay aplicaciones móviles (como Google Eye) que te permiten identificar el nombre científico de la planta que tienes delante tan solo con fotografiar sus hojas o flores. A partir de aquí, agrupa las plantas según sus necesidades hídricas. Así te será más fácil regar de manera adecuada cada zona del jardín, patio o huerto.
En los últimos años han mejorado mucho los sistemas de riego por goteo. Los automatismos se encargan de regar cuando hace falta, la cantidad que hace falta y desperdiciando muy poquita agua. Hacerlo manualmente, con la regadera de toda la vida, también es efectivo. En tus manos está regar donde hay que hacerlo y la cantidad necesaria.

Utilizar especies de plantas autóctonas te ayudará a ahorrar mucha agua porque ya están acostumbradas a los rigores del clima de la isla (no sabemos si para el cambio climático pero la mayoría se adaptará más fácil y rápidamente que otras).

Utilizar un invernadero te ayudará mucho a que las plantas mantengan su microclima (humedad relativa) sin que se pierda bajo un sol de justicia.


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