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Siguiendo la sequía agrícola de Menorca desde el espacio

El sistema encargado por la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación se ha probado de forma experimental los años 2018 y 2019

Imagen elaborada por el grupo de investigadores de la UIB
Imagen elaborada por el grupo de investigadores de la UIB

Un equipo de investigadores del grupo de investigación en Climatología, Hidrología, Riesgos Naturales y Territorio (CLIMARIS) de la Universidad de las Islas Baleares ha desarrollado, por encargo de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de las Islas Baleares, un sistema de seguimiento mediante imágenes de satélites del impacto de la sequía sobre la agricultura de Mallorca y Menorca.

Se trata de controlar la respuesta de los cultivos de secano a la precipitación a partir de la observación, por teledetección, del grado de desarrollo que tienen las plantas en cada momento del año y en relación con lo que les correspondería teóricamente si siguieran el comportamiento medio que han mostrado a lo largo de una serie histórica de 20 años, desde el 2000.

Las anomalías negativas en el desarrollo de los cultivos corresponderán a factores de estrés, que generalmente se relacionan con la carencia de precipitación, aunque también pueden verse influidos por otros factores como la temperatura y el momento de siembra. Como el sistema de control seguirá también el estado de desarrollo de las masas de vegetación natural, se podrán discriminar mejor las circunstancias.

El seguimiento se realiza a través de imágenes de satélites equipados con sensores multiespectrales, y empleando un índice del estado de desarrollo de la vegetación (NDVI) que permite discriminar con bastante precisión la vitalidad de las plantas. El nivel de resolución que se aplicará (celda de 250 m) está suficientemente detallado para análisis a escala de comarcas fisiográficas y de términos municipales.

Con los datos obtenidos se confecciona una cartografía donde se representan las desviaciones del desarrollo de cultivos, pastos, bosques y matorrales en relación con lo normal. Esta información también se obtiene a escala de tablas, utilizando como unidades de totalización tanto las divisiones administrativas (términos municipales) como también las comarcas fisiográficas (unidades de paisaje con características comunes de relieve, materiales, suelos y otras características físicas) que constituyen realmente las unidades básicas con las que suelen funcionar los fenómenos naturales. Esta novedad es suficientemente importante, ya que la división administrativa en general no concuerda con esta realidad, y algunos términos, como el propio de Palma, incorporan terrenos de realidades paisajísticas contrapuestas (Serra de Tramuntana).

La información conseguida a partir de la teledetección se pondrá en relación a los datos de observación meteorológica, particularmente la precipitación y las temperaturas. El conjunto se validará mediante reconocimiento de campo y visualización directa de parcelas de control dentro de cada una de las unidades de estudio.

Se trata de una herramienta que permite conseguir una radiografía de las circunstancias de la sequía agraria, puesto que no está encaminada al control de recursos hídricos globales, sino a constatar la respuesta de los cultivos de secano a la precipitación. Hay que tener en cuenta que la incidencia en el territorio de la sequía a menudo es muy contrastada entre islas y dentro de cada una de ellas entre comarcas (de hecho, este año las circunstancias de la falta de precipitación han sido especialmente notorias en Mallorca y Menorca, pero no tanto en las Pitiusas).

Asimismo, a través del índice de desarrollo de la vegetación se puede ir mucho más allá para conocer la incidencia de la precipitación que no solo con la simple recogida de datos meteorológicos. Puede ocurrir que una llovida en un momento crítico del ciclo de las plantas pueda favorecer una cosecha excepcional sin que la cantidad de agua precipitada sea muy notoria. Por el contrario, si hay un temporal de lluvias cuando la vegetación ha iniciado el paro veraniego y los cereales han amarilleado, no habrá ninguna repercusión positiva. Esta diferencia puede ocurrir en una escala semanal.

La investigación que se llevará a cabo proporciona una información trascendental para el mundo de los cereales, las leguminosas y los pastos, pero también sirve para apoyar el seguimiento del arbolado de secano. Se podría pensar que estas producciones agrarias tienen poca importancia para el conjunto de la economía insular, pero debe tenerse en cuenta su trascendencia en la configuración de nuestro paisaje y el enorme valor complementario al medio natural que suponen desde el punto de vista de constituir un hábitat muy peculiar para un gran número de especies, lleno de ecotones y que ha marcado la ocupación humana del territorio.


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