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Final de fiestas de fogueo

Varios factores dificultan que se acaben las fiestas patronales con fuegos de artificio en Menorca y ya se están buscando alternativas

Los castillos de fuegos podrían ser historia.
Los castillos de fuegos podrían ser historia.
(Foto: PIXABAY)

Un castillo de fuegos de artificio que le ponga el colofón a las fiestas patronales es lo habitual. Así lo era hasta 2019. Luego vino la pandemia y hoy se han juntado algunos factores que dificultan que se pueda llevar a cabo.

Por un lado tenemos que recodar que un “buen” castillo de fuegos implica una cantidad de material pirotécnico para lo que se precisa una infraestructura adecuada para su almacenaje y control. Hoy no hay espacios adecuados o viables para esto. La alternativa más plausible es la de utilizar menos material pirotécnico y ajustarse a la normativa. Aunque eso también se traduce en un castillo menos vistoso.

Teniendo en cuenta el impacto sonoro y visual que genera (también para las especies de aves o mamíferos que residen en la zona próxima al lanzamiento del castillo de fuegos) cabe replantearse si es realmente necesario quemar tanta pólvora y presupuesto municipal para unos pocos segundos.

Por otro lado, grandes proveedores de material pirotécnico para este tipo de eventos, como China, padecen una crisis de abastecimiento de ciertos materiales, problemas en la distribución. Todo ello repercute en un aumento de ciertos productos del 400% (datos de las fiestas de San Fermín en Pamplona). Digamos que si algunos ayuntamientos están sustituyendo los fuegos artificiales por una traca, es un síntoma de que el mercado pirotécnico está en horas bajas.

¿Hay otras alternativas? Pues sí. De nuevo descubrimos que en China nos aventajan. En un espectáculo de fin de año en Shanghai cambiaron a los ruidosos fuegos de artificio por un espectáculo de drones luminosos. Los drones son reutilizables y tienen un efecto contaminante mucho menor. Por ejemplo, no producen residuos químicos ni explotan, lo que evita posibles daños a la flora y fauna. Asimismo, reducen prácticamente a cero el riesgo de incendios. Una desventaja es el elevado precio, además de que no eliminan la contaminación lumínica.

También hay quienes se han pasado al espectáculo de luces (aunque no vuelen en dron). Ser originales y creativos cuenta más a día de hoy.


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