Hace falta más gente talentosa. Es la frase que compartía Tona Pou, co-directora de Connect’up, una de las muchas organizaciones que estos días intentan hacer aflorar a los emprendedores menorquines para que se atrevan a dar un paso adelante. No es la única organización que está en marcha con este objetivo.
En estos días se llega al final de Decelera, donde la cuota menorquina de emprendedores es escasa y, quizás, cada vez más difícil de encontrar.
El marco económico global no ayuda a arriesgar. Una idea de empresa o negocio está hecha para triunfar. Otro camino no parece posible y la incertidumbre es una primera barrera que impide en muchas ocasiones a que asomen la nariz los emprendedores, habitualmente jóvenes e inexpertos, que quizás tienen una buena idea pero pocos medios para hacerla posible.
En el ámbito empresarial hay incubadoras de iniciativas empresariales que dan soporte. En muchas ocasiones para ayudar en los trámites burocráticos que alejan a los ideadores sin experiencia empresarial.
Luego hay citas como la que impulsara en el pasado la Asociación de Jóvenes empresarios con el nombre de Innovem que es una invitación a salir del cascarón para muchos tímidos emprendedores, además de una ocasión para intercambiar opiniones y darse a conocer y, por supuesto, una ocasión para escuchar a otros emprendedores que pueden hablar de su propia experiencia (normalmente exitosa).
Los financiadores (business angels) están atentos, igual que en el deporte hay ojeadores buscando al próximo Messi. Tien
en lo necesario para hacer realidad esos planes (si son lo suficientemente buenos).
En la hemeroteca de la isla encontramos a grandes emprendedores que consiguieron abrir negocios prósperos y que, en algún sentido, cambiaron el destino económico de la isla o de su localidad. Pero estos son los más raros de encontrar. Entre las organizaciones que fomentan a que los emprendedores salgan del armario, hay una connotación de cierta urgencia. El mundo pide cambios a muchos niveles; ideas más sostenibles, soluciones energéticas, alternativas al mundo que llega a un punto de no salida,… Esas ideas que sean capaces de dar un golpe de timón al rumbo global y que sean económicamente rentables. ¿Está ese perfil en algún emprendedor menorquín?
