Hace tiempo que desde los espacios de opinión que nos ofrecen los medios, intentamos trasladar a la ciudadanía el verdadero día a día de los trabajadores de Correos, ese que da pie a la crítica por retrasos o errores que no podemos ni debemos obviar pero que se originan, casi en su totalidad, en la nefasta política emprendida por la actual dirección del grupo y la aún peor toma de decisiones.
Cuando en sede parlamentaria se ha producido un debate nacional, la exposición por parte de la oposición de los datos de negocio no ofrece dudas: la deriva es absoluta y produce sonrojo
comparar el rendimiento de Correos con empresas de la competencia. Ha sido la Ministra del ramo la encargada de intentar la defensa. Repito, “intentarlo”, porque no puede rebatirse en absoluto que la deriva del grupo empresarial es altamente preocupante.
Cuando la crítica se ha producido en el entorno de nuestra comunidad, ha sido siempre el gerente de producción de la Zona Este, el Sr. José Luis Sánchez, el que ha salido a la palestra para decir
siempre lo mismo, que todas las acciones se fundamentan en un cambio de estrategia de la Dirección. Eso, sr. gerente, aparte de ser incompleto, pues tapa los numerosos errores cometidos
con el traslado a otros destinos de profesionales de mucha valía, además es incierto, que como todo el mundo sabe es la manera educada de decir que es mentira. Se lo voy a detallar.
Como usted bien sabe, casi toda la cartería de Menorca excepto Ciudadella y Ferrerías se lleva a Mahón. Esto de por sí ya sería cuestionable desde el punto de vista del rendimiento pues obliga a
los carteros a hacer un número de kilómetros muy superior al necesario, pero es que además les hace ir acelerados en demasía con el consiguiente riesgo, lo que explica el alto índice de
siniestralidad. Debido al elevado número de trabajadores se empezó a utilizar la cochera para la paquetería pero las condiciones de trabajo eran tan precarias que hace año y medio, ante las
continuas quejas, se volvió al local principal. Es decir, durante la pandemia todos juntitos. Se empezó la busca de un local acorde a las necesidades; búsqueda que aún dura por cierto. Hubo que volver a usar la cochera para que se pudiera sacar el trabajo, y desde hace unas semanas, además, se comparte el espacio con trabajadores de Correos Exprés.
Porque la política de la empresa ahora es clara, prioridad para Correos Exprés y eso significa que todos deben colaborar para que sus envíos lleguen en tiempo. Por tanto nos encontramos que los
recursos públicos (vehículos, locales, personal) se destinan y se supeditan al beneficio de la empresa filial. Y esto es lo que usted no dice. Que las quejas de los usuarios se deben a que ustedes saturan a los trabajadores de la empresa matriz por lo que el reparto habitual de Correos se queda en muchas ocasiones sin efectuar, incumpliendo de este modo la Ley Postal Universal. Hablamos de productos tan importantes como las notificaciones, a través de las cuales el usuario recibe informaciones tan necesarias como son citaciones judiciales, multas, noticias de Hacienda, de bancos, recibos … Y usted sabe que se quedan sin repartir porque además, este experimento de darle prioridad a Correos Exprés, se está realizando con muchas ausencias en el personal, como ocurre con la cartería de Mahón. ¿Motivo? Muy claro; el presupuesto anual para contrataciones está rebasado, así que hasta enero hay que seguir así y rogando para que no haya más bajas.
Es todo demencial. No me extrañaría que en su afán por potenciar la parte privada frente a la pública, lo siguiente sea asumir los costes del local de Correos Exprés. ¿O me equivoco y eso ya se está produciendo? En breve se empezará a trabajar de igual forma en Ibiza. ¿Cómo se va a poder gestionar si allí hay incluso más ausencias de personal, en Vila, en Santa Eularia,..?
Ustedes pretenden que se contemple Correos Exprés como un cliente más pero desgraciadamente no funciona porque faltan medios para eso. Este, y no otro, es el pretendido cambio de filosofía del grupo Correos.