El Govern ha aprobado un proyecto de modificación de la Ley del Juego que contempla la prohibición de toda la publicidad de actividades de juegos de azar y apuestas en el territorio balear.
El objetivo de los cambios legales, que incrementan también las restricciones en la apertura de salones de juego y apuestas y el control del acceso a las máquinas tragaperras, es proteger a las personas vulnerables frente a la ludopatía, según ha destacado el vicepresidente del ejecutivo, Juan Pedro Yllanes.
El titular de la Conselleria de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática, responsable de la regulación del juego, ha incidido que el Govern ya aprobó una moratoria para impedir nuevas permisos de salas de apuestas que está en vigor hasta junio de 2023 y ha confiado que la modificación de la ley se apruebe antes del final de la legislatura.
“Difícilmente habrá algún partido que se oponga” al cambio legal para combatir la ludopatía, ha vaticinado Yllanes respecto a la aprobación rápida de la norma.
Baleares, con 108 casinos, bingos, salas de juego y locales de apuestas por cada millón de habitantes, es la tercera región con mayor número relativo de este tipo de establecimientos y el objetivo de la ley es reducirlos para acercarse a la media estatal de 68 salas por millón.
Con los cambios propuestos, se amplían los establecimientos respecto a los que hay que alejar las salas de juego, que son los centros escolares y otros espacios de uso habitual de menores y de personas con problemas de adicción, y también se incrementa la distancia mínima entre locales de juego, a 500 metros en Palma y 250 en otros núcleos de población, ha explicado el vicepresidente.
La prohibición de la publicidad del juego, ha apuntado, afectará a todos los soportes, desde los medios de comunicación tradicionales a los espacios públicos y a las redes sociales y las páginas de internet.
Además, en la modificación legal se determina que se establecerá un control electrónico de edad para el uso de las máquinas tragaperras en establecimientos de hostelería. EFE
… hay personas que caen en las redes de las sectas, donde acaban por hacerles bulling, disfuncionar a sus familias y arruinarlos económicamente en beneficio de éstas… no veo por qué se protege a la población de la publicidad de las casas de juego, y en cambio no se las protege del proselitismo religioso, que puede captar adeptos en cualquier lado, especialmente en los propios colegios… no se entiende… o todos moros o todos ateos…