Parto del postulado de que la sanidad pública, según el artículo 43 de la constitución española, debería de ser un elemento clave vertebrador en todo el Estado y un instrumento institucional para optimizar la coordinación de todos los sistemas sanitarios autonómicos, a través del liderazgo del Consejo Interterritorial.
Por estos motivos es absolutamente necesario, que el Gobierno central, garante último y responsable de que se cumpla la Constitución, a pesar de las transferencias sanitarias autonómicas, asegure la solvencia de un sistema sanitario que está en crisis, a nivel presupuestario, de recursos humanos, de gestión y tecnológico.
Hay consenso de que el talón de Aquiles de la sanidad pública es el déficit de recursos, sobre todo humanos, en la Atención Primaria, GPS de la sanidad y que precisa de forma urgente y prioritaria una necesaria refundación y reorganización.
He aquí algunos datos de la foto medica actual: En el sistema público sanitario, trabajan 136.400 médicos, de ellos se van a jubilar 70.000 en un periodo de 10 años, – 40%-, y mientras excelentes médicos formados en España se están fugando a Europa, (somos la fábrica de médicos de Europa).
Desde el año 2011, más de 35.000 médicos han solicitado a la Organización Médica Colegial (OMC) el certificado de idoneidad para salir de España. En concreto, en el año 2021 un total de 2.504 médicos han solicitado a la OMC el certificado, más que los 2.189 del año pasado y más que los 2.500 del año 2019.
Son los datos que ofrece el Sindicato Médico Andaluz en un trabajo elaborado por Vicente Matas sobre los 6.478 médicos especialistas que acabarán el MIR este año y a los que ahora “les llega el momento de buscar trabajo, con una edad media de 29-30 años y tras 10-11 años de formación”. Y aunque de esos 35.000 licenciados que han solicitado el certificado de idoneidad, “el número de los que emigran finalmente es inferior”, la cifra final, según fuentes médicas, no baja de los 20. 000.Mientras cada día tenemos más médicos sin la especialidad reconocida y necesaria para trabajar en la sanidad pública. En los últimos cinco años, 11.506 profesionales solicitaron trabajar fuera y en el mismo periodo, convalidaron su título 20.608 extranjeros.
Es pues clave poner en marcha estrategias que disminuyan el autoexilio médico y favorecer la operación de retorno.
Por otra parte, hay déficits muy importantes en áreas tan fundamentales como en Atención primaria, Salud Mental, ámbito sociosanitario y Cuidados Paliativos, que requerirían estrategias nacionales prioritarias a nivel presupuestario.
Por último, volver a recordar que 125 médicos en activo fallecieron por la COVID, lo que muestra el compromiso ético con los pacientes a pesar de la desprotección y de las precarias condiciones de seguridad con las que realizaron su trabajo.
La actual crisis profesional de la Sanidad española, que produce una intensa sobrecarga y desmotivación en los profesionales, necesita una serie de medidas que actúen en diferentes frentes, que expongo a continuación:
Es responsabilidad de Sánchez asegurar la solvencia de la sanidad pública, asignando 10.000 millones de euros de los fondos europeos, que aumentaría un punto del PIB, el presupuesto sanitario para conseguir la financiación suficiente del SNS que garantice la equidad y la calidad de la sanidad pública. Es por tanto prioritario la actualización y homogeneización de la cartera de servicios y prestaciones sanitarias que garanticen la igualdad y la calidad asistencial de los 47 millones de españoles. Por ahora el seudolíder que nos gobierna ha dedicado 1.500 millones de euros.
Un estatuto específico del médico, reconociéndose en el Estatuto Marco la diferencia de las especificidades laborales del médico, desde la selección a la movilidad. Regular y desarrollar la participación de los profesionales y darle virtualidad al Foro de la Profesión Médica como asesor del Ministerio de Sanidad.
Un convenio nacional de Mires: elección en tiempo real, adecuación de las plazas MIR al número de egresados en las Facultades de Medicina y reconocimiento del máster en el título oficial de médico, así como garantizar la calidad formativa y conseguir un marco laboral y retributivo común para todo el SNS.
Favorecer la libre circulación de médicos, en el que la acreditación lingüística de los diferentes idiomas autonómicos no sea considerada requisito, sino mérito y se homogenice las condiciones laborales y retributivas.
Reconocimiento del profesionalismo en cuanto al liderazgo médico de los procesos asistenciales y el respeto y compromiso para el mantenimiento de las competencias médicas.
Reconocimiento del profesionalismo médico en cuanto a la asignación del grupo A1 plus, ( tenemos un sueldo base de 1280 euros ), carrera profesional con armonización nacional y remuneración de las guardias por encima del valor de la jornada ordinaria, que computen como tiempo de cotización a la Seguridad Social ( 5 años de las guardias no computan) y jubilación flexible (60-70 años).
Reconocimiento del profesionalismo médico en cuanto a dignificar al colectivo, que es incompatible con el mantenimiento de agravios retributivos, crónicos, como el recorte de la paga extra desde el 2010 así como la recuperación completa de los recortes en retribuciones y su equiparación progresiva con los países de nuestro entorno y convenio propio para los médicos del sector privado, que dignifique su trabajo y mejore sensiblemente sus retribuciones.1800 millones de expolio a 136.000 médicos de la sanidad pública , desde el 2010
Por último, actualizar el complemento de indemnización de residencia y considerar Ibiza, hospital de Manacor, Menorca y algunos servicios de Inca, como áreas de difícil cobertura con una incentivación retributiva y laboral extra, para captar y fidelizar profesionales y evitar la fuga a la sanidad privada ( unos 80 especialistas).
Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.