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Un tesoro bajo el mar de Menorca

Varios barcos hundidos, que son una parte de la historia de la isla, son ahora también un atractivo turístico

Restos del Malakoff
Restos del Malakoff
Foto: Enric Gener

Novelas de aventuras y la fantasía de muchas ficciones nos llevan a imaginar cuántos tesoros pueda haber en el lecho marino. Quizás no podamos hablar de monedas de oro o de cofres con joyas pero la costa de Menorca sí tiene un tesoro en pecios (barcos hundidos) de diferentes épocas y que guardan interesantes historias.

Ya hace años que las técnicas de inmersión han facilitado recuperar el contacto con este tipo de pecios e incluso se han elaborado visitas planificadas al fondo del mar para tomar contacto con lo que quedan de esas naves.

No todos los barcos hundidos son aptos para un buceador poco experimentado. Hay varios barcos que permanecen en el fondo de la costa de la isla; El Georgia K se encuentra a 95 metros de profundidad; el Santa Clara a 45 metros, El Ocean Diver a 26 metros, el Malakoff a 39 metros, el Amnesia a 57 metros, el Plataforma a 38 metros y el Francisquita a 49 metros. En el registro consultado (fuente: Buenaventura Menorca) llegamos a contabilizar más de 450 naufragios de todo tipo de naves e importancia.

Entre ellos, otros elementos como un avión alemán de la Segunda Guerra Mundial que está sobre un fondo arenoso en el este de la isla. No contamos pecios de interés arqueológico que están protegidos como los de Cales Coves o incluso aquellos que son presumiblemente anteriores al siglo XVIII que, aunque menos probables, aún se tienen noticias de algún hallazgo como el que se hizo en la costa norte, no demasiado lejos de Sa Nitja y que correspondería a una nave que fue pasto de una tormenta que le empujara a la costa menorquina en aquel tiempo en el que aún no existían los faros.
Tras cada naufragio hay una historia digna de conocer.

Más allá del drama de la pérdida del barco y de quienes en él navegaran, están los detalles de una época de la navegación por el Mediterraneo que merece ser conocida. Por poner un caso: el 2 de enero de 1929 se hundía el Malakoff frente a las costas del sudoeste de la isla. Este buque mercante francés chocó contra el arrecife del Gobernador, entre el arenal de Son Saura y Es Talaier. La Societé Auxiliare des Chargeurs Français se dirigía hacia Marsella desde el puerto de Argel con sus 7.000 toneladas de carga.

La tripulación estaba formada por 37 personas de las que solo seis consiguieron llegar a nado a Menorca mientras que otras tres fueron rescatadas cerca de la isla del Aire por el vapor, también francés, Ville de Paris. Parte de la carga de cemento, carbón para impulsar la caldera y materiales diversos aún son visibles en los restos del pecio.
Cada uno de los pecios se convierten con el tiempo en un lugar fabuloso para que se instalen y habiten todo tipo de flora y fauna marina.


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