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Rafael Sunyol: “Menorca tiene que apostar por la biomasa”

El economista sostiene que, además de aprovechar una fuente de energía propia, se limpiarían los bosques evitando incendios

De tal palo...
De tal palo...
Foto: Pixabay

El economista Rafael Sunyol, licenciado en Económicas por la UB y gran amante de Menorca, asegura que a la isla le conviene mucho encontrar la manera de seguir aprovechando la biomasa.

Con los datos actuales, es previsible que 2023 sea un año en el que haya más restricciones en el consumo de agua. El pasado ya hubo cortes del suministro en ciertos momentos del día. Las reservas están cada vez más bajas, la pluviometría es menor y el balance hídrico desvela que el próximo verano se podría instaurar la sequía en los principales meses del estío. A todo esto, el riesgo de incendios se dispara.

En un pasado reciente hubo alguna iniciativa que promovió la limpieza de zonas boscosas en diferentes fincas y espacios públicos que generaron astilla que se vendía fuera de la isla. El negocio no fructificó pero Sunyol insiste en que es posible.

Según el economista, tiene un sentido sostenible, ya que aprovecha un recurso renovable (la madera), ejercería de limpieza de los bosques y los ayudaría a estar en mejor estado y daría trabajo en invierno.

Esta fuente energética -que se sitúa en el puesto número 4 después del carbón, el petróleo y el gas natural-, es fundamental. La biomasa supone en la actualidad un 10% del suministro de energía primaria en países en desarrollo y un 6% en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La biomasa es la materia orgánica que hay presente en los residuos agrícolas, forestales, agroalimentarios, además de la que se encuentra en la basura que generamos. Aunque el material más utilizado es la madera, ya sea en forma de restos, como astillas, serrín o pellets (aglomerados hechos con estos restos). Esta materia orgánica se puede procesar para ser transformada en bioenergía —electricidad, calor, biometano y biocarburantes— y en bioproductos de alto valor añadido para diferentes industrias.

Según algunos expertos, la biomasa tiene ventajas energéticas, medioambientales y socioeconómicas. Además de la capacidad de generar una energía renovable de manera continua, podría ser la apuesta de futuro en transporte pesado e incluso el aéreo puesto que se está avanzando en los biocarburantes que podrían sustituir en algunos casos a los combustibles fósiles.

También hay circularidad en el proceso de combustión de la madera (pellets) puesto que las cenizas se aprovechan como fertilizantes agrícolas.


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