El darrer toc ha sonado a las seis y media de la mañana.
Centenares de personas han acompañado a la comitiva de caixers y cavallers hasta la parroquia de Sant Antoni Maria Claret para vivir el último aliento de fiesta en Ciutadella.
Allí, el caixer capellà de la última tanda, Josep Manguán, se ha despedido, uno tras otro, de todos los caixers y cavallers, en presencia del caixer capellà titular del bienio, Antoni Fullana.
Mientras, el tambor y el fabiol sonaban por última vez este año. Y lo han hecho con el ritmo y el tono pausado, triste, de lo que languidece. Hasta dentro de 365 días.
Foto y vídeo: J. Perelló
https://www.youtube.com/shorts/Bfr8uJSalJY