En este domingo señalado, a las 19 horas y en el Salón Gótico del Ayuntamiento de Ciutadella, se llevará a cabo hoy la conmemoración de los hechos del 9 de julio de 1558, este año con la intervención de la doctora en historia del arte Ida Mauro, que pronunciará la conferencia con el título: “Antes de Ciutadella: “ses desgracias”.
También se proclamará la Junta de Caixers de la fiestas de San Juan para el bienio 2024-2025, que presidirá el caixer senyor Carlos de Salort Pons. Será el primer noble que presida la ‘qualcada’ desde esta casa señorial desde el bienio 1980-81.
Al terminar el pleno xtraordinario en las casas consistoriales, la corporación en pleno bajará a la céntrica Plaça des Born para realizar la tradicional ofrenda a los pies del obelisco, erigido en recuerdo de todos los damnificados que lucharon contra el asalto turco de la ciudad.Hagamos un poco de historia para entender el contexto por el que el 9 de julio de 1558 es tan relevante para Ciutadella (y la historia de Menorca).
El libro “España contra el imperio otomano” del escritor Juan Carlos Losada describe los tres siglos de combates, espionaje e intercambios culturales en el Mediterráneo entre la Monarquía Hispánica y el Imperio otomano. El hecho más luctuoso para la isla se registró en el año 1558. En primavera, una flota de unas 140 naves turcas con 3.000 jenízaros, numerosos zapadores y varios miles más de soldados, financiada generosamente por Francia, partió de Estambul con la misión de atacar las costas españolas.
Menorca, en concreto, que ya había sido asaltada en la zona de Maón unos años antes, era el objetivo. La ciudad, con sus cañones escupiendo proyectiles desde el castillo de San Felipe, resistió la lluvia de artillería otomana e hizo cambiar los planes del joven almirante Pialí Bajá. Bordeando la isla, centraron la ofensiva sobre Ciutadella, la capital, que a pesar de ser la sede del gobierno estaba mucho peor defendida. Juan Carlos Losada, doctor en Historia por la Universidad de Barcelona y autor de España contra el Imperio otomano (La Esfera de los Libros), definió este hecho como “la mayor catástrofe de toda la historia de España ocasionada por las incursiones turco-berberiscas”.
El 1 de julio de 1558, los turcos desembarcaron en la plaza menorquina. Los locales descartaron negociar con los invasores, y mucho menos rendirse. Se decantaron por una defensa a ultranza en la que, además de los pocos centenares de soldados disponibles, participó el resto de la población, incluidas mujeres y niños, dirigidos por el regente gobernador, Bartomeu Arguimbau, y el capitán Miguel Negrete. La resistencia logró prolongarse más de una semana, hasta que el incesante bombardeo logró abrir brecha.
El 9 de julio, las fuerzas otomanas irrumpieron en Ciutadella, arrasando la ciudad a su paso. Los que no cayeron en combate —alrededor de mil— o fueron ejecutados, como la religiosa Juana Ameller, ahorcada en el convento de Santa Clara, fueron hechos prisioneros y enviados a Estambul como esclavos. Tal fue la cosa que el gobernador de Mallorca, cuando llegó a la isla a inspeccionar el trágico escenario, tuvo que hacer noche en una cueva al encontrarse todos los edificios derruidos. 1558 quedó en el recuerdo de los menorquines como “el año de la desgracia”.
El recuerdo de esa nefasta página de la historia de Ciutadella se hace presente todos los años con el relato claro, duro y preciso de un documento conocido como “el Acta de Constantinopla“. Es un acta, con las formalidades de un acta notarial con testigos, levantada en Estambul el 7 de octubre de 1558 por el notario público de la isla de Menorca Pere Quintana, como él se autodenomina en el documento, que había sido llevado cautivo a la capital otomana con sus otros compatriotas en la armada turca que capitaneaba Piali Bajá.
En este marco, se establece bienio a bienio, la configuración de la Junta de Caixers que representarán las próximas fiestas de Sant Joan.
… sense CAP dona… cosas de la tradición, dicen…