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Así se trabaja en el fondo marino de Menorca

Ferrovial explica cómo ha instalado los duques de alba en el puerto de Ciutadella protegiendo el entorno natural del fondo del mar

Obras en el Dic de Son Blanc
Obras en el Dic de Son Blanc
Foto: Ferrovial

Las obras de mejora y optimización del Dic de Son Blanc han necesitado seis meses de trabajo y no ha sido fácil puesto que la premisa era que el impacto medioambiental en el entorno natural fuera el menos posible. ¿Cómo se hace eso? Sobre la mesa había el reto de ampliar las líneas de atraque de los dos muelles (levante y poniente) para que las operaciones de barcos de hasta 190 metros de eslora pudieran hacerse de manera rápida y segura.

La evolución del tráfico y la voluntad de mejorar las instalaciones para que barcos más grandes, también cruceros, puedan operar en Son Blanc a partir de ahora suponía esta obra de infraestructura. Pero se tenía que hacer con cuidado. La idea era trabajar en una Reserva de la Biosfera que cuenta con elementos de la flora y fauna marina a proteger.

Según informa la empresa Ferrovial, el proyecto ha girado en torno a la construcción de dos duques de alba, unas estructuras aisladas que sirven para dar apoyo y amarrar las embarcaciones. También se ha procedido a la instalación de pasarelas de conexión, así mismo se ha completado el equipamiento de las instalaciones con amarres y defensas para hacerla más operativa y segura.

La empresa hizo un estudio previo de cómo acometer estas obras debido a las circunstancias excepcionales para lograr el mínimo impacto sobre el ecosistema marino de la zona durante su desarrollo. Se pusieron en marcha una serie de medidas preventivas, correctoras y moderadoras recogidas en el Plan de Vigilancia Ambiental que establece Ports de les Illes Balears, con el fin de minimizar al máximo el impacto que pudieran generar los trabajos sobre el entorno.

Así es como se han seguido todos los protocolos necesarios para minimizar su impacto sobre el entorno. Uno de los factores que debió tener en cuenta en el desarrollo de los trabajos fue la presencia de especies protegidas, como la posidonia o algunos corales y moluscos autóctonos.

Así, se ha vigilado la ausencia de ejemplares en la zona y se han protegido las especies vegetales presentes con cortinas antiturbidez, que son unos sistemas que permite el paso del agua pero filtra elementos sólidos del proceso de construcción para que nos se disperse por el medio y pueda afectar negativamente al entorno. Además, el proyecto se ha comprometido a replantar posidonia en una superficie equivalente a la ocupada por la nueva infraestructura, con el fin de generar un impacto positivo sobre el fondo marino.

Otro elemento que se ha tenido en cuenta es el ruido. Cetáceos y otra fauna marina no soporta bien las ondas sonoras fuertes y para limitar la contaminación acústica sobre el medio, se han tomado precauciones para generar el mínimo ruido y durante el mínimo tiempo posible. Una vez finalizado el proyecto, se llevaron a cabo dos prospecciones mediante robots submarinos y buzos que confirmaron que las formaciones biológicas no habían sufrido modificaciones durante el proceso, más allá de las producidas en la superficie ocupado por las infraestructuras construidas.


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