La dignidad es aquel valor que se basa en el respeto y la estima que una persona tiene de sí misma y es merecedora de ese respeto; todas las personas debemos ser respetadas de igual forma sin importar cómo somos.
Es un derecho fundamental y es el valor inseparable al ser humano, inviolable e intangible y que todos debemos respetar y hacernos respetar si es necesario.
Cuando reconocemos las diferencias de cada persona y toleramos esas diferencias, la persona puede sentirse digna, con honor y libre. La dignidad se construye y se proyecta por medio de nuestra manera de vivir, no permitiendo a los demás hacernos objeto de ultrajes o humillaciones; todos los seres humanos somos valiosos y, por lo tanto, merecemos respeto.
Ser orgulloso no es ser digno. El manifestarlo de manera arrogante, déspota y despectiva no es una forma de hacer valer el valor de la dignidad.
El valor de la dignidad da a quien la valore no solo para sí mismo sino también a otros, la oportunidad de ser algo, de valer, de hacerles ver a otros que se tiene lo necesario para ser tomado en cuenta. La dignidad lo posee todo ser vivo. El derecho a ser más que un objeto, la posibilidad de prestar y ofrecer parte de sí mismo para la creación de un lugar mejor, no se debe quitar o arrebatar a nadie y se le debe enseñar que su persona presenta un valioso activo a la sociedad y raza humana, por lo que no hay que dejar que la humillación prevalezca, que los desplantes sean una constante. Nadie es más o menos que otro. El cómo tratas a alguien, el cómo ves a otros te da y ofrece dignidad, solo y cuando es con aspectos positivos.
Quien realiza acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito de una persona por pertenecer a un grupo o por motivos racistas, antisistemas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, o por razones de género, enfermedad o discapacidad, comete delito según el artº 510.2 del Código Penal.
… totalmente de acuerdo… las personas son dignas y merecen ser respetadas… pero eso sí, las ideas, maneras de pensar o creencias de esas mismas personas, si son estupideces, tenemos no sólo el derecho de criticarlas, sino el deber de hacerles ver que son estúpidas… y esas personas han de ser conscientes de que las seguimos respetando profundamente, pero NO así a sus ideas, maneras de pensar o creencias… la ley protege la dignidad de las personas, no protege lo que creen, piensan o hacen frente a las críticas, pues hay libertad de expresión…