No voy a utilizar nombres reales.
He sido miembro del comité ejecutivo local del PSE de un municipio de 80.000 habitantes. Muy plural, mucha gente del PP, mucha del PNV, mucha del PSE y mucha de HB. Fíjense que hasta el PP., el PSE y el PNV son capaces de pactar y aprobar conjuntamente los presupuestos municipales. Creo que aquel municipio era el que más ataques de ETA había tenido. Volaron hasta el club náutico a bombazos, secuestraron a no sé quién, pidieron dinero a no sé cuántos, asesinaron a otros. Nuestra sede tenía verjas en las ventanas y a Pepe el del bar de la Casa del pueblo, le habían tirado cócteles molotov los de la Kale Borroka. Era costumbre que los del mundo de HB atacasen las casas del pueblo del Partido Socialista. Pero Pepe, Txomin, María y 150 más ,militantes del partido aguantaron aquellos años allí.
Cuando yo llegué, ETA existía pero había declarado lo que ellos denominaban tregua o cese armado temporal, da igual.
Iñaki el Secretario General, tenía un amigo que había perdido una pierna en atentado de ETA, y su mujer María, esos , los dos , sí que habían estado en los años de plomo. Hoy María es concejal del ayuntamiento en un área esencial y trabaja con el PNV en el equipo de gobierno. PNV es la democracia cristiana vasca, la derecha, no lo olvidemos, y no va mal el trabajo entre la izquierda y la derecha allí.
Lo mío era nada, absolutamente nada comparado con Pepe, Iñaki , María y los 150. Yo ya sabia que no tenía riesgo personal, se nos había perdonado la vida en abstracto, ser del PSOE o ser concejal o político ya no era diana ni “objetivo militar” para socializar el sufrimiento. Pero otros socialistas, y otros del PP o de UPN, se habían quedado muertos, como Miguel Ángel Blanco, PP, o Isaías Carrasco, PSE. Aquello fue que el primer Lendakari del PSOE lo consiguió con los votos del PP porque allí las cosas eran otra historia.
¿Saben ustedes cuantos chavales de la universidad actual recuerdan o saben quién fue Miguel Ángel Blanco?. Jon Sistiaga en su impactante, trabajo sobre ETA, da el dato. En la clase de la Universidad en donde se filma la parte sobre mediación restaurativa, solo una chica sabía , de manera remota, quién fue Miguel Ángel Blanco. El resto ni idea, entre unos 30 chicos. Tampoco nadie sabía el número de asesinados por ETA.Mas de 800.
Es el olvido generacional de los chavales de 20 años. Este es el olvido que puede permitir avanzar, pero esta no es aún la generación política que tenemos.
Una socia de mi despacho, Maite, había vivido con escolta; otro casado con una alcaldesa y también miembro del partido, Iker, había tenido que vivir con escolta durante años. Recuerdo, que no hablaba nunca de aquello pero le pedí cuando constituimos el “Club de los 50” en un restaurante en el que había un símbolo de una escuadra y un compás, con invitados que venían del país vasco francés, que hablase. Y habló de que había perdido la infancia de su hijo, que había perdido la intimidad, que la comunidad de propietarios del piso en donde vivía le habían pedido que se fuera de la casa. En la peña con la que me reunía una vez al mes para compartir y hacer una comida, comprometida con la libertad radicalmente, hubo gente que había tenido que ir con escolta a las comidas o mirar durante años todos los días debajo de su coche para ir a trabajar, o habían tenido escolta dia a dia, o una sobrina política había llamado hijos de puta en directo y en televisión a los que habían asesinado a su padre, ex concejal miembro del partido socialista. Otros habían sido asistentes a funerales de amigos en los momentos duros. “Patria”, la novela de Fernando Aramburu, escribe la radiografía de lo que fue ETA y el mundo etarra en los pueblos vascos, lo mismo que Jon hace imágenes la historia de ETA.
En el documental de Sistiaga, en una mesa están cuatro personas comiendo, recién entrados en los 30 años. Uno huérfano de padre asesinado por ETA, del PP, otra huérfana de padre asesinado por los GAL, otro huérfano de un miembro de ETA muerto en prisión, y la cuarta huérfana de padre del PSE asesinado por ETA. Que terrible generación: “Nos ha tocado a nosotros”, dicen , mientras cada uno habla de cómo vio a su padre muerto o qué recuerdos conservan de ellos. Están unidos en la desgracia pero cada uno cuenta la visión de sus padres de dos bandos diferentes. A una de ellas la conozco personalmente, fue a comer un día invitada por la peña de amigos, de todos los partidos políticos democrátricos, para trasmitirle nuestro cariño.
Otro de ellos, guarda un recuerdo de su padre bello, como una buena persona, y dice en un momento que preso en Badajoz, le dijo un día que lo que él estaba viviendo no se lo deseaba a nadie. Jon repite la frase “que no se lo deseaba a nadie”, como con cierta sorpresa involuntaria. El asesino por acción o i por miembro de la organización le dice a su hijo que no desea a nadie que este preso como el.
Hablando con un amigo y al hilo de un artículo mío en el que decía que para pactar como se ha pactado en algunos temas, hacían falta una o dos generaciones, me decía que no estaba de acuerdo con eso. Me ratifico en que hay aún demasiadas heridas abiertas, que no se ven, que no están cicatrizadas en la sociedad y en las generaciones, y que falta aún una generación más para poder superar las heridas de los monstruos que la sociedad alentó, protegió y creó en algunas sociedades.
Los chavales de 20 años son los que podrán pactar en paz…dentro de quince años, los que podrán hablar de amnistía, libertad y perdón.
Cuando veo la manifestación en Bilbao pidiendo la vuelta al país vasco de los presos de ETA, y reviso el documental de Jon o leo “Patria” o miro otros materiales sobre lo que fue aquello, y lo cotejo con los pactos de gobierno, veo que hay un propósito de olvidar que ETA existió. Admiro a los que son capaces de perdonar. La cultura vasca da mucha importancia a pedir perdón y a perdonar, pero perdonar no es olvidar, y hace falta un tiempo de respeto a la memoria, de pensar que aquellos que murieron no pasaran al olvido tan rápido. Ya están en camino de ser olvidados , pero aún no.
Sin ira, y con la esperanza puesta en el futuro, es muy pronto, ha sido muy pronto para pactar con Otegui y todo su mundo, y con Puigdemont.
Es necesario un poco más de respeto por los chavales que perdieron a sus padres o a sus abuelos, y por los que aún viven que fueron víctimas y testigos. Los etarras dicen que no importa quien apretó el gatillo que aquello era una organización, por tanto todos son ejecutores. Debe ser en lo único que estoy de acuerdo con ellos, todos son responsables al mismo nivel como lo es la sociedad que los amparó. Se arrepienten la mayoría de lo que hicieron ahora que perdieron, pero cuando estaban en activo no dieron esa opción que ahora piden.
Respeto el arrepentimiento aplaudo el perdón, pero no puede ser aún olvidada si queremos que exista un futuro claro. Hay demasiado dolor y demasiadas heridas que no se ven pero que existen, aunque en la novela “patria”, la madre del miembro de ETA, asesino, y la viuda del empresario asesinado se abracen. Eso es una novela, y la “vía Nanclares” un experimento pero no es la realidad. El abrazo simbólico de las dos mujeres de la patria vasca novelada significa la solidaridad de los de “nos ha tocado a nosotros”, pero esa sociedad ha sido culpable. Son los inocentes de la tragedia, pero no el olvido de los muertos.
Un preso no es lo mismo que un muerto, ni el sufrimiento de un preso es el mismo que el sufrimiento de la familia de un muerto. Su dolor no es igual al otro dolor. El preso puede salir, el muerto como mucho resucitar y solo sabe Dios cuándo. Todos los huérfanos dicen que aquella muerte les destrozó la vida. Son dos niveles diferentes de sufrimiento.
Un gobierno de un partido de asesinados y perseguido pactando con los que formaron parte de la organización o la alentaron o defendieron o crearon el ambiente “patriótico” de los pueblos, es precipitado y prematuro. No servirá ahora para nada más que para olvidar y blanquear. Se puede hablar y pactar, claro, pero en su momento, y con delicadeza, pero no deben cerrarse los procesos en falso.
No se pueden generar determinadas sensaciones porque en mi opinión ya hay cronómetros encima de la mesa por si se comienza una cuenta atrás.