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Maó invierte 10.000 euros en la mejora de parques para perros

Nuevas señalizaciones, bancos, fuentes de agua y medidas contra las prácticas incívicas entre las novedades en los espacios caninos

Recogida de excrementos de una mascota.
Recogida de excrementos de una mascota.

El Ajuntament de Maó ha puesto en marcha un ambicioso plan de mejoras en los parques destinados para perros, repartidos por distintos puntos de la ciudad como Borja Moll, Sínia Costabella, Francesc Femenies, Passeig Marítim, Sínia des Cuc, y Vives Llull. Esta iniciativa, que cuenta con una inversión de 10.310,96 euros, tiene como objetivo principal la renovación y mejora de las infraestructuras existentes, así como promover el civismo y el correcto uso de estos espacios dedicados a las mascotas.

Entre las acciones destacadas se encuentra la sustitución y ampliación de la cartelería en los parques, con información sobre buenas prácticas y las frecuencias de desinfección del área. Asimismo, se reemplazarán las fuentes de agua por modelos más adecuados para prevenir el estancamiento del agua, beneficiando así la higiene y salud tanto de los animales como del entorno.

Otra mejora es la instalación de nuevos bancos de concreto, seleccionados por su durabilidad frente a posibles daños causados por la orina de los perros, y la renovación de papeleras y secciones de vallas protectoras que se encontraban deterioradas. Además, el Ajuntament ha adquirido una máquina especial para eliminar hierbas invasoras que representan un riesgo para los animales.

En respuesta al incremento de comportamientos incívicos por parte de algunos usuarios de los parques para perros, el Ajuntament ha decidido intensificar la campaña informativa sobre las normas de uso y buenas prácticas. Entre las reglas a recordar se incluye que los perros deben estar siempre acompañados, los potencialmente peligrosos deben llevar bozal, se debe mantener limpio el espacio, recoger los excrementos, y asegurarse de que la puerta permanezca cerrada por seguridad.

La nueva señalización también hace énfasis en las sanciones aplicables, que pueden alcanzar los 300 euros por no recoger los excrementos de las mascotas.


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