El Institut Menorquí d’Estudis (IME) anuncia el inicio del ciclo “Diálogos de ciencia” con la presentación del estudio “Menorca en las guerras de Marruecos (1859-1927)”. Esta serie de eventos tiene como objetivo explorar y analizar diversos aspectos relacionados con la ciencia y la historia, ofreciendo un espacio para el intercambio de ideas y conocimientos.
El estudio, realizado por los historiadores Miquel Àngel Casasnovas, Miquel López Gual y Carlos de Salort Giménez, será presentado en una sesión moderada por Martí Carbonell, también historiador del IME.
El ciclo “Diálogos de ciencia” busca promover el debate y la reflexión sobre temas relevantes en el ámbito de la ciencia y la investigación, en este caso con un peso específico para la historia. Esta primera sesión se centrará en el papel de Menorca durante las guerras de Marruecos, un periodo histórico que abarca desde 1859 hasta 1927.
El estudio aborda aspectos clave de este periodo, incluyendo las implicaciones políticas, sociales y militares de la presencia de tropas españolas en Marruecos, así como el impacto de estos eventos en la historia de Menorca.
La guerra del Rif, también conocida como la segunda guerra de Marruecos, fue un conflicto que tuvo importantes repercusiones en la historia de España y Marruecos. La presentación del estudio proporcionará una visión detallada de este periodo, analizando sus causas, desarrollo y consecuencias.
El enfrentamiento de la guerra del Rif fue originado por la sublevación de las tribus de esa zona, una región montañosa del norte de Marruecos, contra las autoridades coloniales españolas y el Imperio colonial francés, concretada en los Tratados de Tetuán (1860), Madrid (1880) y Algeciras (1906), completado este con el de Fez (1912), que delimitaron los protectorados español y francés, cuya vida administrativa y geográfica se inició en 1907, conflicto en que participaron también tropas francesas, pese a haber afectado principalmente a las tropas españolas.
En 1909 se produjo una agresión de las tribus rifeñas a los trabajadores españoles de las minas de hierro del Rif, cercanas a Melilla, que dio lugar a la intervención del Ejército español. Por otra parte, las operaciones militares en Yebala, al oeste de Marruecos, ya habían empezado en 1911 con el desembarco de Larache, lo que supuso la pacificación de gran parte de las zonas más violentas hasta 1914, intervalo de tiempo de lento progreso o estabilización de líneas que se prolongó hasta 1919 por causa de la Primera Guerra Mundial. Al año siguiente, tras el Tratado de Fez de 1912, las zonas norte y sur de Marruecos fueron adjudicadas a España como protectorado, mientras que la zona central fue adjudicada a Francia también como protectorado. El comienzo del mismo lo fue también de la resistencia de las poblaciones rifeñas contra los españoles, desencadenando un conflicto que se alargaría durante años.
En 1921, tropas españolas sufrieron un grave desastre en Annual, amén de una rebelión acaudillada por el líder rifeño Abd el-Krim. Los españoles se retiraron a unas cuantas posiciones fortificadas mientras El-Krim llegó a crear un Estado independiente que llegó a funcionar como tal, más allá de los papeles: la República del Rif. El desarrollo del enfrentamiento y su fin coincidieron con la dictadura del general Primo de Rivera en España, que se ocupó de la campaña de 1924 a 1927. Además, tras la batalla de Uarga (1925), los franceses intervinieron de lleno en el conflicto y establecieron una colaboración con España que culminó con un desembarco en Alhucemas. Hacia 1926 la zona había sido pacificada, rindiéndose Abd-el-Krim en julio de 1927 y obteniéndose la reconquista del territorio anteriormente perdido.