Diego Hidalgo, conocido por su activismo y compromiso con revelar las sombras del avance desmedido de la tecnología, viaja entre varios países y recala en Menorca cada verano. Este 2024 presenta su libro 50 reflexiones para retomar el control donde propone que miremos con ojos críticos lo que está pasando a nuestro alrededor con la tecnología. Explicaba este viernes en una entrevista en Radio Menorca que la educación le preocupa y por eso ha presentado un manifiesto denominado OFF, en el que urge a una revisión crítica del papel de la tecnología en las aulas. Este manifiesto se plantea como una respuesta a lo que él considera una “pandemia en salud mental entre la juventud“, alimentada por una hiperconexión digital que, en lugar de ser mitigada por la educación, es paradójicamente fomentada por ella.
En España el 31,6% de los adolescentes pasa más de 5 horas diarias conectado a Internet entre semana, y casi la mitad durante los fines de semana. Hidalgo argumenta que la educación debe contribuir a reducir esta hiperconexión, en lugar de incrementarla. Numerosos estudios y organismos internacionales han señalado los efectos negativos del uso excesivo de tecnología en la educación, advirtiendo sobre el deterioro de la salud mental y las aptitudes cognitivas de los estudiantes.
Hidalgo no está solo en su preocupación. La OCDE ya señalaba en 2015 que los países con un uso elevado de ordenadores en las aulas obtenían resultados académicos significativamente peores en lectura, matemáticas y ciencias. Más recientemente, la UNESCO ha advertido sobre los costos subestimados y los problemas de privacidad asociados con el uso de tecnología en la educación, destacando la explotación de los datos de menores durante la pandemia. Además, el ejemplo de Suecia, que ha revertido su política de digitalización educativa para volver a los libros de texto, refuerza la necesidad de reconsiderar el modelo actual.
El manifiesto OFF de Diego Hidalgo propone una reflexión profunda sobre el papel de la tecnología en la educación, abogando por un enfoque más equilibrado que priorice el bienestar mental y cognitivo de los estudiantes, y no se vea dominado por los intereses comerciales de la industria tecnológica.
A tal efecto propone cinco resoluciones para una educación escolar que respete el derecho a la desconexión
01
Garantizar que los manuales escolares estén siempre disponibles en formato papel
02
Limitar el uso de pantallas en las aulas a situaciones excepcionales
Excluir los dispositivos digitales de la rutina diaria en clase. Eliminar las pantallas en educación infantil y usarlas excepcionalmente en educación primaria. En otras etapas educativas, limitarlas a casos en los que aporten un valor añadido respaldado por evidencia.
03
Asegurar el derecho a la desconexión de alumnado, familia y docentes
Mantener las agendas físicas y evitar que los deberes se suban a plataformas. Garantizar la posibilidad de realizar los deberes sin estar conectado. No se puede delegar en las familias la responsabilidad de supervisión del uso de los dispositivos escolares.
04
Hacer que lo digital sea un objeto y no un medio de estudio
Fomentar una reflexión y un conocimiento sobre las implicaciones del uso de herramientas digitales y formar a los alumnos en informática y ofimática en etapas avanzadas de la escolaridad, en horarios acotados, utilizando sistemas que cumplan la legislación vigente sobre privacidad.
05
Ofrecer una alternativa sin pantallas
Como medida inicial, mientras las anteriores propuestas se implementen, ofrecer una línea “sin pantallas” en cada curso que respete el derecho a la desconexión de los alumnos de familias que así lo soliciten.