Las fiestas de Gràcia 2024 ya han empezado. Este viernes, el misionero Manolo Bonet ha marcado el inicio de las mismas con un pregón que ha empezado evocando su pasado y labor en Ghana. Ha continuado con un impulso hacia el futuro de la mano de cuatro estudiantes de segundo de ESO y se ha llegado a un colofón final en el que afirmó que “somos un pueblo con futuro”. El acto arrancó con el ceremonial que marcan los protocolos y un respetuoso silencio a las 9 de la noche cuando el fabioler Víctor Pons y la comitiva entraron en la Plaça Constitució con el sonido del tambor. Enfilaron hacia el ayuntameinto en donde se pidió permiso al alcalde Héctor Pons para que sonara el ‘primer toc de fabiol’. El silencio se alargó hasta que Pons tocó la última nota para estallar en un gran aplauso de alegría por el inicio de las fiestas. El alcalde y ‘caixer batle’, Héctor Pons, entregó la bandera de la fiesta a la ‘caixera fadrina’ Lídia Naharro y tomó la palabra. En su parlamento, Pons hizo especial hincapié en que son los festejos con más actividades inclusivas de la historia, sin olvidar mencionar el éxito deportivo de Nil Riudavets de esta misma semana en los Juegos Paralímpicos. También tuvo palabras para la nueva canción ‘Són ses festes’, para el 125 aniversario de los voluntarios de Creu Roja en Maó y para los 90 años de los gigantes Tomeu y Guida. En la parte final, Pons pidió una actitud ejemplar y que no se lancen plásticos al suelo para evitar accidentes. Llegó entonces el momento del pregón en si. Manolo Bonet, Medalla de Oro de la ciudad en 2006 y Premi Ramon Llull en 2010 evocó al inicio de su alocución cómo le surgió el sentimiento de servir a los demás tras ver, con 11 años, la película ‘Molokai’ en el cine de la Sala Augusta; su travesía como marinero mercante para poder viajar a Ghana y como terminó en Bende. Allí pudo construir con la ayuda de muchos menorquines un hospital, dos centros sanitarios, una casa del pueblo y una emisora de radio. “Creamos puestos de trabajo pagados por el Gobierno de Ghana para que la gente no tuviera que huir de allí y la pesadilla de la emigración en cayucos y pateras nos acechara” expuso Bonet. El misionero prosiguió su pregón acompañado de cuatro estudiantes de secundaria en representación de toda una generación. A partir de preguntas hechas en clase, Bonet indicó a jóvenes y mayores que la felicidad es hacer del mundo un lugar mejor. Destacó el impacto del trabajo y las aportaciones de Menorca en Ghana e ironizó sobre la posibilidad de importar cocodrilos para encontrar agua en la isla. Este tramo del pregón terminó con una canción ghanesa sobre las energías que ayudan a que el mundo renazca cada día. Manolo Bonet enfiló entonces un último tramo del pregón más emotivo y, al mismo tiempo, más serio. Pidió a la sociedad que “ofrezcamos la mano y no el puño”. Que se rechace la discriminación, la xenofobia o el bullying. Recordó que la fiesta que celebramos parte de la Mare de Déu de Gràcia, cuya ermita está junto a un cementerio, lo que nos liga con nuestros antepasados. Y al hilo de los tiempos pretéritos, con alusiones a la Menorca Talayótica, expuso que una taula al revés es como una nave que surca el mar y, cuando se navega, se mira hacia popa, el pasado, para ir hacia donde está la proa, el futuro. Con todas estas características, Bonet concluyo con un “somos un pueblo con futuro”. Liberado ya del cuidado para hacer el mejor pregón posible, Bonet se abrazó a Héctor Pons para cantar el ‘Es Mahón’. Loli Reynés y Jaume Martí leyeron posteriormente el bando que anuncia los festejos. Sonó la canción ‘Són ses festes’ y un castillo de fuegos artificiales puso el colofón al acto. Mañana salen los caballos. |
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