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Se prohíbe pescar en el 0,06% del Mar Balear, lejos del compromiso del 10 % según Marilles

En el Parc Natural de s'Albufera des Grau, con menos restricciones pesqueras, se registró la menor biomasa de todas las zonas de estudio

Poca protección.
Poca protección.
Fundació Marilles denuncia el incumplimiento del espacio protegido para el fondo marino en la costa balear. (Foto: PIXABAY)

Palma, 13 sep (EFE).- La superficie de las Reservas Marinas de Interés Pesquero alcanza en Baleares 674,2 km², que representa el 0,93 % del mar de las islas, y las zonas de pesca prohibida comprenden sólo un 0,06 %, lejos del compromiso del Gobierno español de establecer un 10 % de la superficie marina con un alto nivel de protección, según la Fundación Marilles.

Marilles se basa en la definición del mar Balear de Enric Ballesteros (2022), que incluye el promontorio balear sumergido coincidiendo con la mayor profundidad en el canal de Ibiza (oeste) y en el canal de Valencia (norte), mientras que en el este y en el sur los límites se sitúan en 2.600 m de profundidad por no ocupar aguas fuera de los límites jurisdiccionales. Supone un área total de 72.552 km².

La entidad ha publicado este viernes un informe sobre los espacios marinos protegidos en Baleares que indica que las superficies marinas declaradas Red Natura 2000 han alcanzado los 1.057,79 km² en el ámbito autonómico en 2023, pero un 48 % de estas zonas, como las Reservas Marinas de Interés Pesquero, no disponen de planes de gestión adecuados para la protección de hábitats y especies.

En el caso de las reservas que gestiona el Gobierno Central, solo el 0,1 % tienen planes de gestión; y en las de competencia del Govern, un 52 % cuenta con planes de gestión.

Marilles ha advertido de que, hasta ahora, todos los cálculos de la Red Natura 2000 en Baleares incluían áreas solapadas entre zonas estatales y autonómicas, lo que daba como resultado una superficie protegida reportada superior a la real.

Para elaborar el ‘Informe Mar Balear 2024’, la entidad ha utilizado una nueva metodología que elimina estos solapamientos y ofrece un cálculo más preciso. Según esta nueva metodología, la superficie protegida de la Red Natura 2000 en aguas exteriores (correspondientes al Gobierno español) es 1.886,85 km² inferior a lo que se había reportado previamente, lo que representa una reducción del 14 %.

El informe ha constatado además el incremento de la presencia de peces en los espacios marinos protegidos y también de buceadores, lo que demuestra el impacto positivo de la protección marina.

La comunidad de peces vulnerable a la pesca (se han estudiado 23 especies de interés pesquero en Baleares) demuestra crecimientos en la biomasa y en el número de especies en la gran mayoría de Espacios Marinos Protegidos del mar Balear, salvo en Cabrera.

La mayor cantidad de biomasa se da en la reserva marina de la isla del Toro, en Calvià, con 9,1 kg/250 m² (media de biomasa en aguas superficiales de 3 a 15 metros); seguida de la del Freus de Ibiza y Formentera con 8,4 kg/250 m².

La biomasa se ha triplicado en la isla del Toro y se ha cuadruplicado en las Illes Malgrats, entre los años 2005 y 2022.

Sin embargo, en el Parque Nacional Maritimoterrestre del Archipiélago de Cabrera se han observado ligeros decrecimientos (de -4,2 kg entre 2019 y 2021), mientras que en otros la biomasa no aumentó tan significativamente.

Según Marilles, esto podría deberse a diferencias en los hábitats presentes, que podrían haber sido menos favorables según el tipo de fondo y su extensión, y/o por una menor restricción pesquera y/o una menor vigilancia. Por ejemplo, en el Parc Natural de s’Albufera des Grau, con menos restricciones pesqueras, se registró la menor biomasa de todas las zonas de estudio, con 0,6 kg/250 m².

El incremento en las poblaciones de peces ha convertido a los espacios marinos protegidos en zonas más atractivas para el buceo recreativo, y el número de inmersiones ha aumentado de 12.735 en 2005 a 75.936 en 2023.

Marilles señalado que los estudios científicos demuestran que la protección del mar Balear beneficia económicamente a sectores como la pesca, el buceo y el turismo.

“El seguimiento de indicadores de EMP, como el estado de las poblaciones de peces, es crucial para maximizar estos beneficios y orientar la gestión hacia donde sea necesario”, recalcan.


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