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Un único molino para todo el aceite de Menorca

Isaac Herrero trabaja en la idea de crear una especie de cooperativa que brinde a los productores una nueva salida comercial a su aceite de oliva virgen

Jugo de aceituna
Jugo de aceituna
Foto: Pixabay

Después de siete años dedicados a la producción de aceite de oliva virgen en Menorca, Isaac Herrero ha decidido dar un paso adelante con una propuesta que podría transformar la industria oleícola de la isla. En una entrevista reciente en Radio Menorca, Herrero compartió su análisis del sector y las dificultades que enfrentan los productores de aceite de oliva menorquines. Uno de los principales problemas es la limitada disponibilidad de molinos para prensar las aceitunas, ya que estos son de propiedad privada y se concentran en pocas manos. Esto provoca un “efecto embudo” durante la temporada de cosecha, cuando la demanda de estos servicios es muy alta y muchas fincas quedan sin acceso a la maquinaria necesaria para procesar su aceite.

Para remediar esta situación, Herrero propone instalar un molino en un polígono industrial de fácil acceso, una infraestructura a disposición de todos los productores de la isla. Esta iniciativa permitiría a los pequeños agricultores, que actualmente no cuentan con sus propias instalaciones de prensado, procesar su cosecha de forma más eficiente. Además, plantea la creación de una especie de cooperativa que no solo compartiría el uso de este molino, sino que también podría unificar la marca bajo la cual se comercializa el aceite de Menorca, lo cual brindaría nuevas oportunidades en el mercado nacional e internacional y abriría las puertas a competir en certámenes reconocidos de aceite de oliva virgen extra.

Herrero subraya que una iniciativa de este tipo ayudaría a reducir los riesgos que enfrentan las pequeñas explotaciones, especialmente en temporadas donde la cosecha es limitada por factores meteorológicos o por enfermedades en el olivar. Una producción agrupada permitiría a los productores afrontar estos desafíos con mayor resiliencia y potenciaría el valor comercial de los aceites menorquines, tanto dentro como fuera de la isla.

Esta propuesta de un molino compartido y una marca común podría suponer, según Herrero, un gran impulso para la industria oleícola menorquina, facilitando que los pequeños productores puedan optimizar sus recursos, reducir riesgos y mejorar la rentabilidad de sus cultivos. Cada año se suman nuevas hectáreas de cultivo, al igual que pasa con la producción de uva para crear vino.


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