El colectivo Aules sense pantalles, integrado por padres, madres y educadores preocupados por el creciente uso de tecnología en las aulas, ha lanzado un llamamiento a la Conselleria para que regule y supervise de manera más rigurosa el uso de tabletas y dispositivos digitales en el sistema educativo. Durante la mesa redonda organizada el pasado jueves en el Ateneo de Maó, los representantes de esta iniciativa plantearon una serie de argumentos y propuestas que buscan reducir la dependencia tecnológica en la educación infantil y juvenil y fomentar alternativas pedagógicas más equilibradas.
Amalia Quintanilla, portavoz del colectivo, señaló que la sociedad ha abrazado la tecnología con entusiasmo, sin evaluar detenidamente sus posibles efectos en el desarrollo y aprendizaje de los niños. Según Quintanilla, las grandes empresas tecnológicas han logrado imponer el uso de tabletas en los colegios con la aprobación de muchos padres y centros educativos, quienes asumen, a menudo sin cuestionarlo, que los dispositivos digitales mejoran el aprendizaje. Sin embargo, Aules sense pantalles sostiene que esta afirmación es cada vez más dudosa, ya que el uso intensivo de la tecnología en las aulas plantea serios riesgos y desafíos.
Entre los efectos negativos destacados por el colectivo se encuentran la disminución en las habilidades de lectura y comprensión de los estudiantes, la falta de control adecuado sobre el acceso a internet y la exposición de los menores a contenidos inapropiados. Además, los representantes del grupo advirtieron sobre las estrategias de adicción utilizadas por las compañías tecnológicas para captar la atención de los usuarios jóvenes, quienes suelen prolongar su tiempo frente a la pantalla y explorar áreas de la web sin supervisión adecuada. Quintanilla también subrayó que esta dinámica no educa ni mejora la capacidad de aprendizaje, sino que, al contrario, fomenta una dependencia digital que puede ser perjudicial en el largo plazo.
Además, Aules sense pantalles recuerda a los padres que tienen derecho a rechazar ciertos aspectos de la digitalización educativa, como la creación de cuentas de correo electrónico para los menores, un requisito en algunos centros que condiciona el uso de ciertos dispositivos y aplicaciones. Sin embargo, en muchos casos, las familias no están informadas sobre estas opciones y, en aquellos casos donde deciden prescindir de los dispositivos, los niños se encuentran sin un programa de estudio alternativo adaptado, ya que la educación se ha orientado casi por completo hacia la incorporación de la tecnología.
El colectivo solicita a la Conselleria que desarrolle opciones pedagógicas para las familias que prefieran una educación sin pantallas y propone una revisión del sistema actual para que los centros puedan ofrecer soluciones que no dependan exclusivamente de los dispositivos electrónicos. También destacan la importancia de desarrollar estrategias preventivas para quienes opten por la tecnología en el aula, promoviendo un uso seguro y consciente.
La petición de Aules sense pantalles busca no solo reducir la exposición de los niños a la tecnología en edades tempranas, sino también abrir un debate sobre el futuro de la educación en Menorca y la necesidad de fomentar una pedagogía que contemple tanto los beneficios como los riesgos del entorno digital.