Según la patronal pitiusa, dicha enmienda supondrá una ventaja para los establecimientos turísticos sitos en Menorca que operen más de cinco meses al año, ventaja “derivada de su mayor influencia política y no de la realidad del mercado“, han dicho.
La Federación ha criticado además que ha quedado “claro” que la recaudación no se emplea donde se genera y, de hecho, se ha visto que “no se emplea en Ibiza lo que se aquí se recauda”.
En 2016, han recordado, lo empleado en Ibiza se correspondía con inversiones que debían haber sido financiadas con otros impuestos. “Ya son dos años de tomadura de pelo y ahora resulta que se privilegia un destino balear sobre los demás, sin pensar que en Ibiza y Formentera son numerosos los establecimientos a los que les cuesta mucho llegar a operar cinco meses.
No es lo mismo la zona urbana de Ibiza que el resto de las ubicaciones. Parece que Menorca tuviera más y mejores valedores ante el Govern balear“, ha denunciado la patronal.
Asimismo, ha considerado “injusta y arbitraria” la actual gestión del impuesto turístico y han solicitado que se corrija para que quienes paguen el impuesto puedan ver en su destino las mejoras que “supuestamente” contribuyen a pagar.
“Esta cuestión doblará su importancia: en 2018 tendremos que exigirles el doble en concepto de impuesto turístico a nuestros clientes. Por tanto, también será doble la tomadura de pelo”, han concluido.