Dentro de nuestra selección van a contar, por ejemplo, las fiestas temáticas que se han preparado. El ayuntamiento de Ciutadella avisa con tiempo y se marca la temática de Un mundo marino, en alusión a los 25 años de Reserva de la Biosfera que apuntan a sumar la costa al territorio que ya se considera Reserva. Si en 2016 el tema fue el lejano oeste, y el año pasado la Menorca Talayótica, ahora el tema escogido es la mar.
Nos vamos a alejar de algunas propuestas demasiado facilonas y reiterativas (héroes, monos azules o túnicas o capas de la tienda de siempre) que, aunque son socorridas, no demuestran mucha originalidad.
1. Submarinista. Saca las gafas de bucear que usabas este pasado verano. Camiseta manga larga y leotardos negros para el traje de buceador. Dos botellas vacías de refresco pintadas de amarillo. Puedes customizar fácilmente con otros detalles. Fácil y rápido de hacer. Y vas bien abrigado.
2. Pulpo. Empecemos con el gorro. Si tienes uno rosa, genial. Aquí bastará añadir unos ojos divertidos. Pero utiliza el tono de color más similar para rellenar unas medias que se convertirán en las seis falsas patas. Las dos restantes son las que utilizarás para caminar, pero tendrán que se iguales en tamaño, grosor y color.
3. Pieza de Lego. Todo el mundo de la conocida marca danesa de juegos de construcción es una opción factible para este carnaval. Con una caja, pegamento, boles de plástico y pintura puedes convertirte en la pieza que le falta a este carnaval.
4. Racimo de uvas. Si te gusta el vino, apúntate a un buen racimo de globos. El color puede decidir el vino que saldrá al exprimirlas, pero espera a que acabe el Carnaval. La principal ventaja es que es muy ligero y puedes poner tantos globos como quieras o puedas. Necesitarás ayuda, eso sí.
5. Oveja. Una de las grandes ventajas es que puede ser a la par, fácil de hacer e ideal para ir en rebaño, es decir, en grupo.
Por último, un consejo. Debe existir armonía en el conjunto del disfraz. Y si vais en grupo, además, armonía entre cada uno de los que vayais disfrazados. Ahí radica la diferencia entre sorprender a los demás, pasar desapercibido o ganar el primer premio del concurso.